Cirugía mini para un #vientreplano Dr. Miguel Chamosa

Imagen 1No es precisa una abdominoplastia en toda regla para eliminar la barriguita que, a menudo, desfigura el vientre plano del ombligo para abajo. Determinada genéticamente, es una curva indeseada que empeora con los embarazos, aumenta con los ciclos de la mujer y no responde a la dieta o el ejercicio.  El Tummy Tuck practicado por el  Dr. Miguel Chamosa en su versión mini es una alternativa para casos con riesgo de flacidez porque la elimina, al tiempo que refuerzala faja muscular, en una cirugía ambulatoria de 2 horas.

Comencemos por el principio. ¿Cuáles son las alternativas quirúrgicas para un vientre plano?

 

1.- Abdominoplastia. Destinada a corregir los casos más dramáticos de abdomen o tripa con exceso de piel sobrante y/o gran cantidad de grasa acumulada. Se trata de una cirugía mayor que extirpa el exceso de tejido, al tiempo que corrige la flacidez muscular pérdida por variaciones drásticas de peso o embarazos sucesivos. Con esta técnica se busca reducir drásticamente el aspecto deformado de la barriga, redituando el ombligo.

 

2.- Liposucción de abdomen. Desarrollada por el Dr. Ives Gèrard Illouz en París, hace 35 años, elimina los depósitos grasos indeseados, que no responden a la dieta o el ejercicio, evitando las cicatrices francas de la abdominoplastia, dos ‘recuerdos’ imborrables’ de cadera a cadera y alrededor del ombligo.

 

3.- Tummy Tuck. Es la alternativa que nos presenta el Dr,. Chamosa en su versión ambulatoria, para el vientre con riesgo de flacidez, volumen moderado y musculatura debilitada. Solución intermedia entre la abdominoplastia convencional y la liposucción del abdomen, ofrece la ventaja de restaurar la faja muscular, aparte de corregir el volumen y recuperar la firmeza de un vientre plano. Esta mini-abdominoplastia constituye la solución ideal para madres, que sin ser obesas, han visto su tripa deformada, así como para mujeres de cierta edad, con grasa aumentada y localizada tras la menopausia, que quieren recuperar la faja abdominal perdida tras la maternidad en la edad fértil.

 

La técnica

 

1.- Preoperatorio

En la consulta inicial el cirujano evalúa el estado de salud del paciente y determina la extensión de la acumulación de grada en la región del abdomen. Es necesaria una analítica sanguínea, pruebas de coagulación y un electrocardiograma, antes de la intervención.

 

2.- La intervención

No es necesario el ingreso hospitalario, ya que se hace de forma ambulatoria en 1 ó 2 horas y con anestesia local más sedación.

Primero se realiza una incisión encima del pubis. Después se separa la piel entre la incisión y el ombligo, se extirpa la piel sobrante y el exceso de grasa mediante una lipoaspiración, y se tensan los músculos abdominales para proporcionar una pared abdominal firme. Por último se realizan las suturas.

Son necesarias 6-7 horas de recuperación antes de abandonar la clínica.

La paciente sale del quirófano con una faja especial, reforzada con un vendaje.

 

3.- El postoperatorio

Durante los primeros 3-4 días el abdomen suele estar algo inflamado, pudiendo darse molestias o dolor, que se controla con analgésicos.

3 días más tarde y después de pasar consulta para observar si existe algún pequeño hematoma, el paciente ya podrá bañarse de manera normal.

La faja abdominal habrá de llevarse durante 21 días.

Los puntos internos son como un hilván, cuyos extremos salen a cada lado de la incisión. Esta sutura, que deja una mínima cicatriz, se reabsorberá en 2 ó 3 semanas, justo cuando el edema empieza a desaparecer.

La cicatriz, al estilo de la cesárea, irá disimulándose en los 2 años siguientes.