Papada, un problema que no entiende de constituciones Dr. Guilarte

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Este acúmulo de grasa que ensancha el rostro y puede llegar a transformarlo hasta volverlo irreconocible afecta por igual a anatomías gruesas y esbeltas.

El exceso de grasa en la zona submental es un problema congénito que suele aparecer en la adolescencia y no remite con dietas ni ejercicio. El doctor Rubén Guilarte explica por qué la única solución posible y real para este problema es la quirúrgica y analiza los pros de una intervención que dura 30 minutos y acaba con la papada para siempre.

 

UN ASUNTO GENÉTICO

La papada es la consecuencia visible de un súper desarrollo de las células grasas que conforman la zona submental, la que se localiza entre la piel y el músculo más superficial del cuello, llamado platisma.

Este acúmulo de grasa es congénito, es decir, las personas con papada están predispuestas genéticamente a sufrirla. Ésta es la razón por la que resulta tan difícil de eliminar a través de dietas o ejercicio. Y explica también que la papada no sea una característica exclusiva de personas con exceso de peso. “Por el contrario, es un problema muy habitual en personas de constitución delgada”, asegura el doctor Guilarte. En otros casos –aunque poco frecuentes- la papada puede deberse a un desarrollo excesivo de la musculatura del suelo de la boca (formado por los músculos digástricos).

El súper desarrollo de los adipocitos que conforman la zona submental suele darse de forma muy temprana, generalmente durante la adolescencia. “Es entonces cuando las células grasas presentan más apetencia por captar grasa. Se trata de un proceso natural que poco tiene que ver con el tipo o cantidad de comida que se ingiera. Si los adipocitos de esta zona están programados para acumular grasa, esto sucederá sin que pueda ponerse remedio alguno”, asegura el cirujano.

HAY SOLUCIÓN

Según Guilarte, las células grasas que conforman la papada son resistentes a la punción de lipolíticos, la mesoterapia y cualquier tipo de maquinaria cosmética. “La única forma de eliminar estas células pasa por su extracción mediante una cánula específica para la zona. El efecto tras la intervención es el de un rostro que ha adelgazado considerablemente y una diferenciación clara entre rostro y cuello”, afirma Guilarte.

CUÁNDO RECURRIR A LA CIRUGÍA

El cirujano insiste en la importancia de visitar al especialista para que sea éste quien valore la anatomía del paciente, la problemática concreta y los efectos predecibles. “La papada altera la fisonomía facial considerablemente y a menudo hace parecer más grueso al que la sufre. En sus manifestaciones más severas llega incluso a eliminar el ángulo que de manera natural forman la mandíbula y el cuello”, explica el doctor Guilarte.

LA INTERVENCIÓN “El método más eficaz para reducir la papada es una liposucción”, asegura Guilarte. La que se lleva a cabo en esta zona conlleva una incisión de dos milímetros en el pliegue que coincide con la terminación de la barbilla. A continuación, el especialista introduce una cánula especial (pico de pato) de 2 mm de diámetro para no lesionar ninguna estructura del cuello. La cantidad de grasa extraída a través de la cánula depende siempre del criterio del cirujano y de las características del caso concreto. “Cada caso es un mundo y hay que valorar tanto la cantidad como la localización exacta de la grasa para conseguir el resultado más uniforme“, concluye.

Características de la liposucción: se realiza mediante anestesia local y no requiere de ingreso hospitalario.

¿Cuánto dura? 30 minutos.

¿Cómo es el postoperatorio? Esta cirugía se realiza de forma ambulatoria y permite la reincorporación del paciente pasadas 24 horas. “Depende del paciente querer exponerse, pues durante los primeros días permanecerán hematomas y cierto endurecimiento de la piel de la zona. El paciente debe llevar una mentonera todo el tiempo que permanezca en su casa, es decir unas ocho horas al día, durante las primeras 2-3 semanas.

¿En cuánto tiempo pueden verse los efectos?  El efecto es inmediato, aunque se experimentarán hematomas e induración (endurecimiento) de la piel. A partir de la tercera semana el resultado se puede considerar prácticamente definitivo.

¿Los resultados son definitivos? Efectivamente, los efectos son permanentes. La grasa en esta zona no volverá a recuperarse, dado que mediante la intervención se han eliminado las células “problemáticas”.

¿Cuánto cuesta? A partir de 1800 euros.