A la vuelta del verano hidrata y protege la piel Hedonai

Foto chica alta

Tras largas jornadas de sol nada mejor que hidratar y restaurar la piel con un tratamiento antioxdante como el que nos propone Hedonai. Este tratamiento está indicado para pieles deshidratadas a causa de la exposición solar o del paso de los años, devolviéndoles su textura y elasticidad y aumentando el índice de colágeno.

En determinadas épocas, como el final del verano o durante la menopausia de la mujer, la piel sufre una mayor deshidratación, lo que se traduce en una piel apagada, opaca y falta de cuidados.

Los centros Hedonai, a la vanguardia en medicina estética, combinan dos de los tratamientos más efectivos para combatir la deshidratación de la piel: Plasma Rico en Plaquetas + Mesoterapia Facial.

 

Mesoterapia de ácido Hialurónico (con vitaminas o puro)

Con el envejecimiento se produce una disminución de la síntesis de ácido hialurónico, que se traduce en la aparición de arrugas y falta de elasticidad de la piel, no solo por la deshidratación que conlleva, sino también porque influye directamente en la síntesis de colágeno y en la capacidad de éste para desarrollar sus funciones.

 

Este tratamiento es muy aconsejable para zonas de la piel que están siempre expuestas al sol como cara, cuello, escote y manos, pero es susceptible de ser aplicado en otras zonas, como por ejemplo, para el tratamiento de abdomen, brazos, muslos, etc… Asimismo, es muy útil durante la menopausia, donde la actividad de los fibroblastos se ralentiza y la deshidratación se hace evidente en todos los tejidos. También es eficaz para mejorar otras patologías como estrías, marcas de acné y cicatrices.

 

Plasma Rico en Plaquetas (PRP)

Los factores de crecimiento son pequeños fragmentos proteicos con actividad biológica liberados por las plaquetas. Sus funciones consisten en estimular la formación de nuevo colágeno y  nuevos vasos que aportan nutrición a los tejidos en la zona donde se aplican, consiguiendo así la renovación y reparación del tejido antiguo y rejuveneciéndolo. Todo ello clínicamente se traduce en una piel más firme, elástica y sana.

 

Con la suma de estos dos tratamientos encontramos una mejoría en los resultados, tanto fisiológicos como clínicos, en aquellas pieles con un severo daño solar, o que hayan sufrido alguna patología o simplemente en pieles maduras.

 

 

 

Se ha comprobado a lo largo de múltiples estudios histológicos que el colágeno no cicatricial aumenta después de cada tratamiento. A través del Microscopio electrónico, se observa como la actividad de los fibroblastos se incrementa y como las nuevas fibras de colágeno se colocan de forma más ordenada, lo que se traduce en una mejoría evidente de la textura de la piel.