La cirugía de blefaroplastia, para tratar párpados caídos y corregir las bolsas de los ojos, ha crecido tras el confinamiento a causa de la pandemia de COVID-19. Según datos de la Unidad de Oculoplastia del Centro de Oftalmología Barraquer, hasta un 14 %.
En tiempos de pandemia, los ojos son, más que nunca, el centro de todas las miradas. El uso prolongado de mascarilla como parte de las medidas de protección ante la pandemia de la COVID-19 ha disparado el interés para someterse a la cirugía de blefaroplastia, la intervención cosmética de la mirada que corrige las bolsas y el exceso de piel en los párpados. Aquellas personas que no se sienten cómodas a causa del exceso de piel y grasa en el contorno de los ojos –pues este transmite cansancio o tristeza– han sentido que el estado de su mirada ha cobrado peso, y han decidido que este era el mejor momento para cambiarlo.
La Unidad de Oculoplastia del Centro de Oftalmología Barraquer, con 20 años de experiencia en este tipo de intervenciones, ha registrado un aumento del 14 % tras el confinamiento en la cirugía de los cuatro párpados, la más demandada a día de hoy. El coordinador de la Unidad de Oculoplastia de Barraquer, el doctor Gorka Martínez Grau, también presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Ocular y Orbitaria (SECPOO) –autor de este artículo para la revista EME– destaca que el uso de la mascarilla “ha dado mayor importancia al estado de la mirada en nuestro entorno”.
Más blefaroplastias masculinas
La cirugía de blefaroplastia es el método más utilizado para corregir bolsas y tratar los párpados. Se trata de una intervención ambulatoria, rápida y segura, siempre que se realice por parte de oftalmólogos especializados en cirugía plástica ocular.
Existen tres tipos de intervenciones de blefaroplastia: la que trata párpados superiores con el objetivo de eliminar el exceso de piel y grasa para corregir la flacidez y la caída y reducir la expresión de tristeza o cansancio (que puede incluir o no la intervención de la ceja); la de párpados inferiores, para acabar con las bolsas prominentes o las ojeras, que denotan una expresión facial fatigada; y la que combina las dos anteriores para rejuvenecer completamente la mirada.
Los pacientes que se someten a este tipo de intervención estética “tienen entre 35 y 70 años de edad y responden a perfiles sociales muy diversos, aunque en la mayoría de los casos, esgrimen el uso de la mascarilla como el principal motivo que les ha llevado a tomar esta decisión”, según el doctor Martínez Grau.
Además, cada vez hay más hombres que demandan este tipo de cirugía. Actualmente, el 30% de quienes se someten a esta intervención son hombres, frente al 70 % de mujeres, mientras que 5 años atrás, la proporción era del 10% de hombres frente al 90% de mujeres.
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