Cinco tratamientos que no pueden faltar para cuidar la piel en invierno

Anti aging facial mesotherapy with syringe closeup on woman face

El invierno es la época a la que más cambios bruscos de temperatura nos sometemos, pasando del frío y viento de los espacios abiertos al calor cuando entramos en casa, el trabajo o cualquier local con calefacción.

La Dra. Ángela Hermosa Gelbarg, dermatóloga de Clínica FEMM, señala: “todos estos cambios afectan a nuestra piel, haciendo que se reseque más que en cualquier otro momento. Esto puede generar descamación, picores y rojeces en la piel. Por ello, es importante hidratar bien la piel en esta estación.”

Cinco tratamientos básicos para la piel en invierno :

  • Mesoterapia con ácido hialurónico.

El tratamiento de mesoterapia consiste en realizar pequeñas inyecciones superficiales y muy poco molestas en la piel. Al inyectar una determinada sustancia (ácidos, péptidos, vitaminas…), se lograr hidratación en profundidad.

El invierno es un buen momento para realizar el tratamiento de mesoterapia con ácido hialurónico. Este ácido es una sustancia que produce la propia piel y que tiene una gran capacidad de captar agua, y por tanto, hidratar.

¿Por qué con mesoterapia y no en crema? Aunque son humectantes y mantienen la superficie de la piel hidratada, las cremas con ácido hialurónico, en ocasiones, no consiguen que este penetre en la piel y alcance la dermis ya que la molécula es muy grande.

Esto se resuelve realizando pequeñas microinyecciones con ácido hialurónico de baja reticulación ,para hidratar en profundidad sin aportar volumen” señala la Dra. Hermosa. En caso de que el paciente desee un extra de volumen, se emplea ácido hialurónico reticulado, diferente al que se usa en mesoterapia.

  • Mesoterapia con Plasma Rico en Plaquetas.

Un efecto parecido se puede conseguir también realizando mesoterapia facial con plasma rico en plaquetas, que aporta factores de crecimiento, obtenidos de la sangre del propio paciente.

Con este tratamiento, que nunca producirá problemas de alergia, se estimulan las células de la piel para producir colágeno y elastina, ayudando a que la piel se vuelva menos flácida, gane elasticidad y luminosidad y se corrijan las arrugas finas.

  • Peeling químico.

Otro tratamiento que conviene realizar en invierno, aprovechando que es la época del año en la que menos luz ultravioleta recibimos, son los peelings químicos.

¿En qué consiste un peeling químico? En aplicar una sustancia en la piel que va eliminando capas de la misma. Cuanto más profundo sea el peeling, más capas de piel quita, por tanto, la renovación epidérmica es mayor y el resultado, más notorio. Este tratamiento unifica el tono y la textura de la piel, mejora las arrugas y hace que las manchas y los poros sean menos visibles.

Cuanta mayor profundidad alcance el peeling químico, mayor es el riesgo de sufrir hiperpigmentación si la fotoprotección no es adecuada. Por eso es fundamental seguir las pautas que marque el especialista”, indica la Dra. Hermosa.

También el invierno es la época ideal para optar por estos tratamientos, como la luz intensa pulsada, que permite tratar:

  • Lentigos solares: manchas marrones que van apareciendo en la piel de la cara, el dorso de las manos y el escote. Son producto del paso de los años, consecuencia del sol recibido a lo largo de toda la vida.
  • Telangiectasias faciales: son esos pequeños vasos sanguíneos que se transparentan en la piel, sobre todo de alrededor de la nariz y de las mejillas.
  • Cuperosis o rojez permanente de la cara: suelen padecerla las personas que sufren de Rosácea y empeoran con los cambios bruscos de temperatura.

Con estas técnicas la piel gana luminosidad, mejorando el tono cetrino que puede surgir en invierno en la piel de algunos pacientes. Y, en general, permite mejorar la calidad de la piel.

  • Tratamiento con láseres fraccionados.

Otros procedimientos que conviene hacerse en épocas en las que vayamos a estar menos expuestos al sol son los tratamientos con láseres fraccionados, como Láser Erbio o Láser CO2. Sirven para estimular la producción de colágeno, mejorando el aspecto de las arrugas, las cicatrices y las estrías.