Clínica Planas presenta la guía definitiva de cuidados para exponerse al sol sin miedo este verano

  • La Dra. Christina Schepers, responsable de la Unidad de FotoRecursoThedoctorsDermatología del centro, ofrece las claves para asegurar una correcta y saludable exposición solar

Con la llegada del buen tiempo aumentan las ganas de ir a la playa y lucir un buen color. Pero si queremos conseguir un bonito y prolongado bronceado este verano, sin sufrir quemaduras ni efectos nocivos, es importante preparar nuestra piel por dentro y por fuera. Para ello, Clínica Planas propone una exposición al sol inteligente a través de la guía elaborada por la doctora Christina Schepers, en la que da las claves para escoger bien los cuidados que mejor le van a nuestra piel.   

 

Arrugas, manchas solares, quemaduras, melanomas… Estos son algunos de los efectos negativos que tienen los rayos ultravioletas en la piel y que producen un prematuro fotoenvejecimiento de ésta. La radiación ultravioleta está formada en gran parte por rayos UVA y en menor cantidad por rayos UVB. Los primeros son los que llegan hasta la dermis profunda provocando las manchas, arrugas y envejecimiento de la piel, mientras que los UVB se quedan en la superficie siendo los responsables de enrojecimientos y quemaduras. Por eso, esta práctica que tanto nos gusta de tumbarnos al sol, puede resultar también perjudicial si no se toman una serie de medidas preventivas para nuestra piel.

 

Guía de la Dra. Schepers para el cuidado de la piel durante la exposición solar:

 

  1. Puesta a punto

Preparar la piel para lucir un bronceado luminoso y saludable es uno de los pasos fundamentales. Antes de exponerse al sol es importante limpiar la piel y eliminar todas las impurezas a las que la sometemos diariamente con un peeling o exfoliación facial y corporal. Con la piel limpia los productos actúan de forma más profunda y la piel responde mejor ante el sol y las agresiones externas.

 

Para conocer el estado de nuestra piel tras el invierno, Clínica Planas cuenta con un sistema de imagen, IOMA y con estudios dermatoscópicos que, a través de diferentes parámetros hacen una evaluación completa de la piel del rostro del paciente. Con ello, la Dra. Schepers consigue al momento un análisis completo de la cara a través de un diagnóstico cualitativo y cuantitativo del estado de la piel.

 

  1. Claves dietéticas

La dieta también ayuda al bronceado. La doctora recomienda tomar alimentos como la zanahoria y el tomate, ricos en caroteno ya que facilitan la producción de melanina. Y añadir también a nuestros platos alimentos ricos en vitaminas B y E, como el pescado y las legumbres, que evitan la deshidratación y la descamación y prolongan el bronceado.

 

  1. Disciplinas

Para conseguir con éxito un bronceado inteligente, la Dra. Schepers recomienda seguir estas pautas básicas, fundamentales para el resultado y evitar así las prisas por coger color a toda costa. La primera pauta tiene relación con el tiempo de exposición: exponer la piel al sol de forma progresiva, en sesiones cortas durante los primeros días y evitar exponer la piel cuando la luz ultravioleta es más intensa: de 12h a 16h.

 

La segunda rutina a seguir es la aplicación de las cremas solares. Utilizar un factor de protección adecuado al tipo de piel y a las condiciones de exposición solar, y aplicarlo de forma correcta. Se recomienda aplicarlo media hora antes de la exposición y repetir el proceso cada 2 o 3 horas, especialmente tras el baño.

 

Pero no debemos pensar que el cuidado de la piel acaba en la playa. Tras la exposición, la tercera disciplina a realizar es la elección de un buen producto “after sun” que cumpla las siguientes propiedades: debe ser calmante, suavizante, hidratante, antiinflamatorio y regenerador. De esta manera, conseguiremos un bronceado uniforme, duradero y saludable.

 

  1. El aliado perfecto

La prolongada exposición al sol sin protección tiene entre sus consecuencias el fotoenvejecimiento de la piel. Estas secuelas se hacen especialmente patentes en la cara y el cuello, provocando daño actínico. Para paliar estos efectos tenemos la terapia fotodinámica. El tratamiento consiste en la aplicación de una crema fotosensible que será captada selectivamente por las células atípicas. Posteriormente se irradiará con una fuente de luz roja para desencadenar una reacción fotoquímica que liberará radicales libres y activará el sistema inmunológico para destruir estas células atípicas.

 

  1. Hábitos que sientan bien

La Dra. Christina Schepers recomienda mantener la piel en perfectas condiciones durante todo el año mediante peelings periódicos y una correcta hidratación, e intensificar estos cuidados unas semanas antes de la exposición solar.

 

El tratamiento de Bioestimulación Lumínica está basado en la dermatología clínica, donde se utilizan diodos que emiten luz visible de banda estrecha de distintos colores con la finalidad de estimular las células dérmicas y epidérmicas. Éste es un tratamiento ideal para prepara la piel de cara a las primeras exposiciones solares ya que reduce la respuesta inflamatoria de los rayos ultravioleta sobre la piel.

 

Hidratarse todo el año. Llevar siempre una botella de agua, no solo cuando vayamos a tomar el sol. Es importante beber agua o zumos de fruta con frecuencia ya que una piel bien hidratada también nos cuidará frente a los rayos solares.

 

  1. Últimos apuntes

Proteger los ojos. Utilizar gafas de sol se convierte en imprescindible a la hora de exponerse al sol, ya que cumplen una función de protección del 100% frente a las radiaciones ultravioletas. Más allá del aspecto estético, hay que tener en cuenta que los cristales estén homologados porque unas gafas de mala calidad pueden ocasionar importantes daños en la córnea y en la conjuntiva, así como en el cristalino y la retina.

 

Precaución si se toman medicamentos. Si en el momento de la exposición solar se están tomando medicamentos como anticonceptivos, antibióticos, antiinflamatorios, diuréticos, etc… habría que consultar al médico de las consecuencias ya que muchos producen manchas en la piel si los combinamos con la exposición al sol.

 

No hay que olvidarse del cabello. En general, prestamos poca atención al cuidado del cabello cuando nos exponemos al sol y deberíamos saber que es una parte de nuestro cuerpo que también sufre daños: pierde resistencia, brillo y suavidad. Las puntas se abren y el cabello se debilita. Mantenerlo hidratado con productos específicos o protegerlo con un gorro, pamela o pañuelo puede ser de gran ayuda para cuidarlo.