Hacer desaparecer el dolor crónico muscular-esquelético es posible con un tratamiento que actúa sobre el dolor de manera local
- Clínica Planas pone en marcha un tratamiento que localiza y actúa sobre las zonas “gatillos de dolor” con una terapia que combina factores antiinflamatorios y regenerativos
- Tras 3 meses de tratamiento, se consigue eliminar el dolor localizado prácticamente en el 100% de los casos
Se considera dolor crónico aquel que persiste en el cuerpo durante un mínimo de 6 meses. Este tipo de dolencia dificulta el día a día de las personas que lo padecen y merma su calidad de vida, ya que la persona que lo sufre ve condicionada su actividad en todos los ámbitos: personal, social y profesional.
Para combatir el dolor crónico musculo-esquelético, Clínica Planas ha puesto en marcha un novedoso programa para tratar estas dolencias. La clave de este tratamiento se basa en la localización exacta del dolor, es decir, las zonas “gatillos de dolor” que suelen ser zonas de contractura o inflamación, ya sean tendinosas, musculares, ligamentosas; o bien lumbalgias y/o dolores articulares resistentes con los tratamientos habituales. Para ello, el Dr. Jordi Ibáñez, responsable del Programa de Mejora de la Salud y la Supervivencia de Clínica Planas, señala “la importancia de la exploración y la confirmación de los puntos exactos desencadenantes del dolor, utilizando como indicador un anestésico local que deberá hacer que desaparezca el dolor”. Una vez confirmado los puntos exactos del dolor, se realizará el tratamiento adecuado en el lugar según la patología que presente, bien antiinflamatorio o regenerativo.
La importancia del diagnóstico: tratamiento local para erradicar el dolor local
El dolor se trata mayoritariamente con antiinflamatorios o analgésicos que se administran por vía oral y, en menores ocasiones, en inyectables. Cuando el dolor tiene un origen general o en tejidos bien irrigados, habitualmente este tipo de terapia es efectiva, ya que los productos administrados circulan principalmente a través de la sangre. El problema ocurre cuando el dolor se localiza en una zona poco vascularizada donde existe un bajo flujo sanguíneo; los productos administrados por otras vías que no sean de carácter local, se vuelven ineficaces, ya que no alcanzan la zona desencadenante del dolor y/o inflamación.
En la práctica médica, existen multitud de pacientes que se ven afectados por un dolor resistente que no ha cedido con las terapias convencionales y que les condiciona e incluso limita su estilo de vida habitual. En muchos casos, señala el Dr. Ibáñez, también es debido a un enfoque diagnóstico erróneo: “El caso del dolor lumbar es un claro ejemplo: la mayoría de los dolores lumbares no provienen de una compresión medular, sino de un problema muscular-tendinoso de la musculatura profunda de la zona glútea que puede dar incluso atrapamientos nerviosos. Con experiencia en la exploración, se alcanza a detectar las zonas de inflamación, dolor y atrapamiento nervioso; y se puede poner fin a esta patología tan limitante con un tratamiento local”, afirma el doctor.
El éxito de una terapia de Schock
El enfoque terapéutico de la patología del dolor muscular-esquelético consiste en dejar al paciente sin dolor al mismo tiempo que se realiza el diagnóstico. Posteriormente, se aplican las terapias correspondientes de medicina física o regenerativa para tratar los desencadenantes que causaron el problema.
Así pues, en la primera visita, se lleva a cabo una exploración muy detallada en la que se aplica como indicador de la zona “gatillo de dolor” un anestésico local y se realiza un tratamiento de Schock para que salga el paciente de la consulta prácticamente sin dolor y, por tanto, sin limitaciones. Tras esta primera visita, en posteriores sesiones, se buscará el desencadenante del problema y se aplicarán las terapias complementarias que sean convenientes.
La mayoría de los problemas de dolor crónico localizados provienen de sobrecargas, de lesiones degenerativas (edad y lesiones degenerativas de los tejidos vienen ligados) o sedentarismo. En el caso de muchos pacientes, se debe aplicar unas técnicas regenerativas novedosas (tratamientos bio-estimulantes) para ayudar a la regeneración del tejido dañado. Concretamente, las substancias bio-estimulantes que se aplican al paciente son los llamados factores de crecimiento, presentes en el plasma del propio paciente y que contribuyen a mejorar su rendimiento celular. La obtención del plasma rico en factores de crecimiento es sencilla: basta con extraer al paciente un pequeño volumen de sangre, introducirla en tubos con un anticoagulante, separar las fracciones plasmáticas mediante centrifugación controlada y luego utilizar el plasma rico en estos factores de crecimiento.
Con una primera sesión del tratamiento de Schock, el dolor desaparece, pero son necesarias al menos dos sesiones más para reforzar el tratamiento, así como someterse a tratamientos complementarios en las zonas afectadas. El Dr. Ibáñez afirma que el tratamiento tiene un éxito cercano al 100% y que “tan sólo tres meses son necesarios para despedirse del dolor crónico localizado gracias a este nuevo tratamiento antiálgico, antiinflamatorio y regenerativo”.
Sobre Clínica Planas Barcelona y Clínica Planas Madrid
Desde su fundación en 1971, la Clínica Planas destaca por ser el centro pionero y de referencia en Cirugía Plástica y Estética en nuestro país. La Clínica Planas cuenta con profesionales supra-especializados en cada área concreta de la medicina estética, y dispone de las últimas tecnologías para ofrecer los mejores cuidados al paciente. El centro dispone de los últimos tratamientos en cirugía plástica y estética, cirugía capilar, senología, láser, tratamientos antiaging, medicina estética facial, nutrición y dietética, dermatología, estética dental y asesoría de imagen.
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