¿Cómo valorar el estado emocional del paciente de medicina estética? Preguntas clave

Los procedimientos médico-estéticos son electivos. La mayoría de los pacientes vienen a nuestra consulta con muchas expectativas, lo que puede hacer que algunas situaciones sean un desafío a la hora de descifrar el motivo que los trae. Valorar el estado emocional del paciente es fundamental para ayudar a interpretar sus demandas, deseos y preocupaciones, lo cual hará que le proporcionemos la mejor atención médico-estética, sin olvidarnos de nuestra preocupación primordial: su salud.

Por el Dr. Diogo Figueiredo Gonçalves

La medicina estética se ha convertido en una de las especialidades médicas más populares en los últimos años, ya que permite mejorar la apariencia física de las personas y, en consecuencia, su autoestima y bienestar emocional. Sin embargo, la valoración del estado emocional del paciente en medicina estética es un aspecto clave, y a menudo subestimado en el tratamiento. La valoración del estado emocional del paciente antes, durante y después de una intervención es esencial para garantizar que el procedimiento tenga el impacto deseado en su bienestar emocional. Se debe tener en cuenta que muchas personas buscan tratamientos estéticos para tratar problemas emocionales subyacentes, como la baja autoestima o la insatisfacción corporal. Por lo tanto, es importante que el médico estético tenga en cuenta estos factores al valorar al paciente y determinar si el tratamiento es el adecuado para ellos.

Algunas preguntas clave que se pueden hacer durante la valoración son:

  • ¿Qué espera el paciente del tratamiento? ¿Cuáles son sus metas y expectativas?
  • ¿Está el paciente experimentando algún tipo de problema emocional, como baja autoestima o insatisfacción corporal?
  • ¿Tiene el paciente algún antecedente de trastornos de salud mental o tratamientos previos relacionados con la imagen corporal?
  • ¿Está el paciente en un estado emocional estable y es capaz de tomar decisiones informadas sobre el tratamiento?
  • ¿Está el paciente dispuesto a seguir las recomendaciones del médico y a asumir los riesgos y beneficios del tratamiento?

Hacer preguntas detalladas y prestar atención a las respuestas es esencial para garantizar que el tratamiento estético sea seguro y efectivo, y que el paciente esté preparado para enfrentar cualquier cambio emocional que pueda surgir después de su paso por consulta.

Evaluación psicológica

Además de la entrevista clínica se pueden utilizar otros recursos para valorar el estado emocional del paciente, como cuestionarios y escalas de evaluación. En algunos casos, puede ser necesario referir al paciente a un psiquiatra o psicólogo para una valoración adicional antes de proceder con cualquier procedimiento estético. Esto es especialmente cierto si el paciente tiene un trastorno de la alimentación, trastorno obsesivo compulsivo o trastorno de la personalidad, ya que estas patologías pueden afectar su capacidad para tomar decisiones informadas sobre los procedimientos médico-estéticos.

Los trastornos de personalidad como el narcisismo, la inseguridad y la baja autoestima pueden influir en la cantidad y frecuencia de intervenciones de medicina estética que una persona puede querer. Algunos pacientes pueden desarrollar una obsesión por su apariencia y sentir que necesitan constantemente realizarse procedimientos para sentirse bien consigo mismos.

La evaluación psicológica previa a cualquier procedimiento estético es crucial para determinar si un paciente está en una condición emocional saludable para recibirlo

Es importante que los profesionales de la medicina estética estén capacitados para identificar y manejar pacientes con trastornos de personalidad que puedan tener afectada la percepción de su propio cuerpo y su deseo de someterse a tratamientos. La evaluación psicológica previa a cualquier procedimiento estético es crucial para determinar si un paciente está en una condición emocional saludable para recibirlo.

Durante la evaluación se debe estar alerta a respuestas que puedan indicar una posible problemática de salud mental, como síntomas de depresión o ansiedad extremos, labilidad emocional en la consulta o signos visibles de posibles intentos autolíticos, que pueden indicar deseos suicidas o comportamientos peligrosos para ellos o para otros. En caso de identificar estas señales, es necesario considerar dejar de tratar al paciente y derivarlo a un psicólogo o psiquiatra para una evaluación más exhaustiva. Si el paciente tiene antecedentes de salud mental también es importante tenerlos en cuenta para determinar si es adecuado continuar con el tratamiento o si es necesario referirlo a un profesional de la salud mental. Si el paciente no se ve estable emocionalmente, es importante evaluar su estado antes de continuar con cualquier tratamiento y tomar medidas adecuadas para su bienestar.

Además, los médicos estéticos deben tener en cuenta los posibles riesgos y complicaciones de los procedimientos y asegurarse de que el paciente esté plenamente informado sobre los resultados realistas que pueden esperarse. La honestidad y la transparencia en la comunicación con el paciente son cruciales para evitar expectativas poco realistas y desencantos posteriores.

Qué debemos analizar

Como decíamos, los trastornos de personalidad pueden influir en la decisión de un paciente de realizarse procedimientos de medicina estética y es importante que los médicos estén capacitados para detectarlos y manejarlos adecuadamente. La evaluación psicológica previa y la comunicación abierta y transparente son cruciales para garantizar un resultado satisfactorio para el paciente.

En general, la valoración del estado emocional del paciente debe incluir la evaluación de los siguientes aspectos:

  • Motivaciones. Es importante entender las razones por las que el paciente está buscando un procedimiento estético. ¿Quiere mejorar su autoestima o lo que desea es complacer a alguien más? Un indicador muy común es la referencia repetitiva de alguien cercano (pareja, familiar…) al cual le preocupa agradar y por el que puede estar queriendo hacer dicho tratamiento. ¿Tiene expectativas realistas sobre lo que el procedimiento puede lograr?
  • Expectativas. Es también fundamental conocer las expectativas del paciente sobre el resultado del procedimiento. ¿Tiene expectativas realistas sobre lo que el procedimiento puede lograr? ¿Entiende el paciente que los resultados pueden variar y que pueden ser necesarios más tratamientos para alcanzar los objetivos deseados?
  • Preocupaciones. Debemos dar valor a las preocupaciones del paciente sobre el procedimiento, como los riesgos y las posibles complicaciones. ¿Es consciente y entiende el paciente los riesgos y las posibles complicaciones del procedimiento? ¿Está el paciente preocupado por cualquier cosa en particular?
  • Historial médico. Es importante conocer en profundidad el historial médico del paciente, incluyendo cualquier condición médica preexistente o medicación que esté tomando. ¿El paciente tiene alguna condición médica que pueda afectar el resultado del procedimiento? ¿El paciente está tomando algún medicamento que pueda afectar al resultado del procedimiento?
  • Antecedentes familiares. Tenemos que controlar los antecedentes familiares de nuestro paciente, especialmente en relación con las condiciones médicas heredadas. ¿El paciente tiene algún familiar cercano que haya tenido problemas de salud importantes? ¿Tiene historial familiar de enfermedad psiquiátrica?
  • Estilo de vida. Es importante entender el estilo de vida del paciente y cualquier factor que pueda afectar al resultado del procedimiento. ¿Qué hábitos de vida tiene? ¿El paciente fuma? ¿Bebe alcohol en exceso? ¿Tiene una dieta saludable?

Una vez que se ha realizado la valoración del estado emocional del paciente, es necesario continuar monitoreando su bienestar durante y después de los procedimientos estéticos realizando un seguimiento periódico, con el objetivo de darle el mejor acompañamiento médico. No debemos olvidar que la continuidad de los tratamientos médico-estéticos es tan necesaria para obtener los mejores resultados a largo plazo, como también lo es para proporcionar un apoyo en sus posibles futuras inquietudes, no solo estéticas, sino también emocionales. Las personas pueden experimentar cambios en su autoestima y bienestar emocional después de los procedimientos estéticos, ya sea de forma positiva o negativa. Por lo tanto, es importante proporcionarles apoyo antes, durante y después de pasar por nuestras consultas para ayudarles a manejar cualquier cambio en su estado emocional.

En conclusión: la capacidad del médico para reconocer y valorar el estado emocional del paciente puede proporcionar un marco de referencia útil para comprender mejor los motivos de este, anticipar y gestionar sus expectativas y proporcionar el tratamiento que mejor sirva a sus objetivos; sabiendo que, muchas veces, saber decir que “no” es el mejor tratamiento que le podemos proporcionar a nuestro paciente.