Los labios son grandes protagonistas de las clínicas estéticas. Su embellecimiento es, a menudo, el deseo que impulsa a nuestras pacientes a acercarse a la medicina estética. Como médicos estéticos, sin embargo, tenemos la oportunidad de ofrecer un diagnóstico y un tratamiento que vayan mucho más allá, y la responsabilidad de estudiar cada caso con la minuciosidad y la precisión que requiere.
Por la Dra. Sara Salort Segui
El labio es, sin duda, uno de los tratamientos más demandados en la consulta de medicina estética. Es la puerta de entrada espontánea de muchas pacientes a nuestra especialidad. Pero el embellecimiento de labios es, también, una excelente oportunidad para desenfocar “el labio” y ofrecer al paciente un diagnóstico global, que contemple de nuevo el labio en el contexto del rostro y no como un elemento aislado.
Un porcentaje importante de los pacientes que solicitan un tratamiento de labios en realidad requieren un tratamiento de todo el marco labial. Si asesoramos bien a este tipo de paciente, la satisfacción final será mucho más elevada y los resultados más duraderos. Los diferentes inyectables disponibles en el mercado permiten abordar la pérdida estructural, los déficits de volumen, la deshidratación de los tejidos e incluso miomodular. Sabemos que embellecer un labio va mucho más allá de aumentar su tamaño, siendo este uno de los tratamientos que requiere mayor delicadeza y precisión.
La belleza es dinámica
Disponemos de modelos clásicos de belleza que son por todos conocidos, pero también sabemos que el concepto de belleza está claramente influenciado por el contexto histórico y por las diferentes culturas.
Actualmente nos situamos en un contexto de alta autoobservación por el “efecto selfie”: los pacientes permanecen más tiempo delante de una cámara. Las videollamadas, las conferencias telemáticas, etc., han cobrado más protagonismo en estos últimos años. Con frecuencia, de hecho, los pacientes acuden a consulta con una fotografía propia, manipulada, solicitando resultados similares, ya que tienen a su alcance una amplísima gama de aplicaciones de modificación de los rasgos faciales de muy fácil manejo.
Otro aspecto interesante es el ejercido por la industria audiovisual, que actualmente proporciona ideales de belleza mestizos, en los que se funden las características clásicas de labios africanos, caucásicos y asiáticos, mostrando así interesantes rasgos exóticos.
Todo esto hace que las peticiones estéticas sean diversas (fig. 1). En consulta se observa una tendencia a solicitar labios con proporción 1:1 y no tanto la clásica 1:2, especialmente en pacientes jóvenes. La carnosidad de los labios es uno de los aspectos más asociados con el atractivo y uno de los más solicitados. Pero, claramente, las pacientes quieren alejarse de los conocidos como “labios de pato”, labios voluminosos sin una correcta proyección.
De hecho, ha aparecido en los últimos años la tendencia de los “labios rusos”, que buscan lo opuesto; de ellos hablaremos más adelante.
El diagnóstico: punto clave
El labio, como el resto del rostro, está expuesto a los numerosos factores que actúan en el envejecimiento. Factores como la exposición solar, el tabaquismo, la genética, la resorción ósea, la pérdida del volumen muscular, la atrofia de los paquetes grasos faciales y el aumento de la flacidez de ligamentos, piel y tejido conectivo…
Concretamente, así envejece el labio: el filtrum se elonga y se aplana, llegando incluso a borrar se; aparece el código de barras. El bermellón pierde volumen, acorta su altura, inicialmente presenta arrugas y, finalmente, el labio superior se aplana y se invierte. El labio inferior va a tender a aplanarse y evertirse en oposición al surco mentoniano que se intensifica. Las comisuras pierden soporte, dando un aspecto de tristeza. Aparece el surco nasogeniano y el jowl.
La apariencia de los labios está condicionada por las estructuras que los rodean. Por ello, el labio debe evaluarse en el contexto del rostro. Por un lado, tendremos los signos de envejecimiento previamente citados, y por otra parte tendremos la base estructural que presente el paciente.
Estos son algunos de los aspectos que debemos tener en cuenta: el soporte óseo, la falta de piezas dentales, la desalineación de los dientes, la oclusión de estos; si hay asimetrías óseas o descompensaciones músculo-esqueléticas con asimetrías estáticas o dinámicas. Y, también, la porción de encía que el paciente muestra al sonreír o en posición de relajación (fig. 2).
El médico estético puede detectar problemas de maloclusión dental, ya sea en el plano anteroposterior o en el lateral, y derivar al paciente para un estudio más amplio por el odontólogo o maxilofacial. Este aspecto es relevante, pues más allá de lo estético, la abfracción dental por descompensación en la mordida es una causa frecuente de pérdida de piezas dentales, con la consiguiente resorción ósea mandibulomaxilar, envejecimiento precoz y pérdida de calidad de vida.
El labio debe evaluarse en el contexto del rostro. Debemos tener en cuenta factores como el soporte óseo, la desalineación u oclusión de los dientes o la porción de encía que muestra el paciente
El soporte óseo va a implicar una aparición más o menos temprana de los signos de flacidez. La variedad de inyectables disponibles en el mercado permite tratar los déficits estructurales y mejorar la hidratación de los tejidos. Situados en el plano correcto, tienen un efecto miomodulador. El abordaje integral del rostro va a proporcionar resultados más armónicos y duraderos.
Ecografía y producto
El uso de la ecografía en el campo de la inyección médico- estética es un recurso que, previsiblemente, va a adquirir relevancia en los próximos años.
En el caso de los labios, es complejo realizar inyección simultánea a la ecografía, pero puede ser muy interesante realizar un mapeo rápido de los vasos y posteriormente realizar la inyección. Una vez finalizado el proceso, la ecografía permite confirmar el plano en el que se ha depositado el relleno y, en caso de darse eventos adversos, localizar la zona de obstrucción o visualizar abscesos, material permanente, etc. Su uso exige una formación específica y una práctica continua para obtener resultados fiables.
En cuanto a la elección del producto inyectable, hay una gran variedad disponible en el mercado y la industria de los rellenos dérmicos realiza esfuerzos continuos para proporcionar productos que se adapten a las necesidades de los médicos.
Los labios son una estructura dinámica, y este aspecto debe ser considerado a la hora de elegir un inyectable con una reología adecuada. En consulta optamos por productos con una elasticidad (G’) media para proporcionar volumen y productos con una G’ baja para proporcionar hidratación. Un mismo labio puede requerir la combinación de diferentes G’. En casos muy concretos, optamos por G’ media-alta, pero esta no es generalmente la primera opción, dado que los fillers con G’ elevadas, por las propias características del producto, no van a adaptarse a la sutileza de los movimientos labiales y pueden generar resultados dinámicos poco naturales e incomodidad para el paciente.
Dada la elevada movilidad a la que se va a someter el producto, la cohesividad es otro aspecto a tener en consideración. Es importante utilizar productos con buena cohesividad para evitar migraciones.
Instrumentos de inyección
La cánula está aumentando su popularidad en labios, pues proporciona un tratamiento más confortable para el paciente, menor riesgo de hematoma y una distribución del producto más homogénea. No obstante, requieren una gran experiencia por parte del médico estético para depositar el producto en el plano deseado.
Por otro lado, la aguja es más precisa y permite posicionar cantidades exactas en puntos concretos y trabajar en plano intradérmico si es necesario. A nivel de seguridad se han notificado eventos adversos con ambos instrumentos.
Tanto si elegimos aguja como cánula, es necesario mantenerse en paralelo a la superficie, evitando profundizar en el labio, pues es un plano en el que encontraremos vasos con mayor frecuencia. La aspiración, si se realiza de forma efectiva, puede proporcionar un mayor nivel de seguridad.
Al utilizar agujas es importante realizar las entradas en el propio bermellón, ya que si accedemos desde el labio blanco podemos crear canales que aumentan el riesgo de migración de producto a labio blanco.
En los últimos años han aparecido dispositivos de inyección por presión que no ofrecen precisión alguna y no disponen del certificado CE.
En el caso de los labios, la ecografía puede ser muy interesante para realizar un mapeo rápido de los vasos previo a la inyección, y también después, para confirmar el plano en el que se ha depositado el relleno
Dos tendencias a estudiar
Si hablamos de tendencias en labios, tenemos que destacar una técnica, la de los russian lips, y analizar un nuevo y creciente nicho, el masculino.
La técnica de los “labios rusos” es una de las más demandadas, especialmente por las pacientes más jóvenes, pues ha tenido una gran difusión en redes sociales. Posiblemente es la respuesta a los citados “labios de pato”. Esta técnica consiste en realizar inyecciones de pilares seriados con el objetivo de alcanzar proyección vertical
con una mínima proyección anterior.
Es una técnica que requiere realizar múltiples punciones y puede generar una mayor inflamación. Para lograr resultados más verticales se realizan pilares cuyo inicio se ubica muy cerca de la línea que separa la mucosa seca de la húmeda, por lo que es una técnica que conlleva un mayor riesgo y debe realizarse con precaución, con la delicadeza que merece esta estructura y respetando la anatomía.
En cuanto al embellecimiento de los labios por parte de pacientes masculinos, pese a que la tendencia es ascendente, puede constituir un reto para los inyectores, dada la menor prevalencia de estos pacientes en consulta. Las diferencias estéticas entre la mujer y el hombre son evidentes y deben ser tomadas en consideración para evitar feminizar si esta no es la petición del paciente.
El labio clásico del hombre es más fino, menos proyectado y perfilado que el de la mujer. Presenta una piel más gruesa y con abundantes folículos pilosos; generalmente no desarrollan código de barras. Los problemas que nos encontraremos en el labio masculino son comúnmente la inversión progresiva del labio, que adopta una apariencia más fina, plana y menos proyectada. Se debe abordar la intervención buscando una armonía con el conjunto del rostro.
Conclusiones
Cada tratamiento para el embellecimiento de los labios es una oportunidad para desplegar nuestras habilidades como inyectores, por la precisión y delicadeza que implica el tratamiento. Desenfocar el labio y proponer al paciente tratamientos más integrativos aumenta la calidad de nuestra consulta y genera mayor satisfacción y fidelización. La ecografía es una herramienta diagnóstica asequible que aporta información valiosa antes, durante y después del tratamiento. Las técnicas y los materiales están en constante evolución y debemos prepararnos y mantenernos en continua formación, pues esto es lo que hace de la medicina estética una disciplina ilusionante.
Dra. Sara Salort Segui
Médico estético
Clínicas Dorsia
– Licenciada en Medicina por la Universidad de Lleida
– Máster en Medicina Estética por la Universidad Complutense de Madrid
– Miembro de la SEME
– Desarrolla su trabajo como médico estético en Clínica Dorsia Reus, formando parte del equipo Key Opinion Leader Advocates de Dorsia
– Especializada en abordaje full face, armonización facial y embellecimiento de labios
Hola, estaria interesada en un aumento de labios; como puedo contactar contigo? gracias
Muy buen articulo Sara, felicitaciones.