La lipoinyección o lipofilling es una herramienta que, aunque no es nueva, está convirtiéndose en un imprescindible en cirugía plástica y estética, no solo para aumentar volumen en las curvas sino, también, para revertir los signos de envejecimiento facial o del escote. Estos son los usos y motivos por los que esta técnica tiene augurado un futuro prometedor.
Por el Dr. Bernardo Hontanilla. Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de la Clínica Universidad de Navarra

Reducir el envejecimiento o lograr unas proporciones corporales adecuadas es posible hoy en día con algo que todos o casi todos tenemos: la grasa. La grasa autóloga o grasa propia se está convirtiendo en una herramienta clave para los cirujanos plásticos. Es la responsable de sustituir en gran medida a materiales sintéticos e incluso protésicos, logrando resultados muy naturales y duraderos en el tiempo. En este artículo se pretende repasar algunos de los usos principales que actualmente tiene la grasa autóloga, así como las técnicas más innovadoras disponibles.
Aunque hace más de 30 años que las técnicas modernas de lipoinyección o lipofilling fueron descritas por el Dr. Sydney Coleman es actualmente, tras el desarrollo de estudios científicos que avalan lo observado en la práctica clínica, cuando estamos experimentando una auténtica revolución. Estas técnicas tienen aplicación en numerosas regiones de la anatomía corporal y facial.
Liposucción previa y procesado de la grasa
Antes de realizar cualquier intervención que implique transferencia grasa hay que realizar una liposucción al inicio del procedimiento. Esta es una de las principales ventajas de estas técnicas, ya que no solo se obtiene el beneficio para la zona a infiltrar, sino también para la zona de la que hemos extraído la grasa, que habitualmente es elegida entre el cirujano y la paciente. Las zonas más frecuentes de las que extraemos grasa son el abdomen, los flancos, la cara interna de los muslos y la cara interna de las rodillas. En otras ocasiones se incluye la espalda o los brazos. Las técnicas de lipoescultura de alta definición, junto al aprovechamiento de la grasa extraída para rellenar otras zonas donde se quiere aumentar el volumen, son el “gold estándar” en la cirugía de lipotransferencia.
Una vez que la grasa ha sido extraída hay diferentes técnicas para procesarla en el propio quirófano. Algunas opciones incluyen el lavado, filtrado o centrifugado de la grasa. Cada cirujano usa la técnica que le resulta más familiar, sin existir evidencia alguna de que una sea mejor una que otra.
Cirugía del contorno corporal
Como hemos visto anteriormente, la liposucción tiene grandes efectos en el contorno corporal al eliminar la grasa de las zonas donde no queremos que esté. El uso de esta grasa se indica para aumentar el volumen de zonas deprimidas o aquellas en las que queremos aumentar las curvas naturales de la silueta. Algunos ejemplos de este tipo de lipoescultura que combina la extracción e inflitración de grasa propia son el aumento de glúteos y el aumento de las caderas.

Cirugía facial
La grasa ha supuesto una revolución en el ámbito de la cirugía facial. La reciente descripción de los compartimentos grasos faciales, tanto superficiales como profundos, así como su involución, deflación y descenso como parte del envejecimiento, han hecho del lipofilling una herramienta clave en los tratamientos de rejuvenecimiento facial. A diferencia de la cirugía del contorno corporal, la grasa debe ser microliposuccionada con unas cánulas especiales que absorben grasa de menor tamaño. Estas partículas más pequeñas son más adecuadas para la lipoinfiltración facial. En función del área a tratar podemos diferenciar tres técnicas basadas en la grasa propia:
– Microfat.
La grasa microliposuccionada y filtrada es infiltrada en los compartimentos grasos que han perdido volumen. Esta infiltración se realiza mediante cánulas de punta roma que evitan el daño inadvertido de las estructuras faciales. Esta técnica tiene especial indicación para restituir volúmenes faciales en los pómulos, rellenar la órbita cuando está esqueletizada o mejorar las zonas periorales como pueden ser los surcos nasogenianos o las arrugas de marioneta.
– SNIF
(Del inglés: “Sharp Needle Intrademal Fat” o infiltración grasa en la dermis mediante aguja). A diferencia del microfat, la grasa es infiltrada mediante agujas de un pequeño calibre. Esta técnica sirve para rellenar todo tipo de arrugas faciales superficiales, incluyendo las arrugas en código de barra, arrugas glabelares o arrugas frontales, entre otras. También permiten aumentar el volumen de los labios o perfilarlos.
– Nanofat.
A diferencia del microfat y del SNIF, el nanofat no sirve para rellenar ya que, en su procesado, los adipocitos son eliminados, quedando únicamente la fracción estromal, que contiene células madre y factores de crecimiento. De la infiltración pura de esta fracción depende su potencial regenerativo. Su uso está destinado a mejorar las pigmentaciones de las ojeras o la calidad de la piel tras el fotoenvejecimiento. Puede ser infiltrado mediante agujas o aplicado con dispositivos de “needling” como los utilizados para mesoterapia.
Cirugía estética mamaria
La cirugía más frecuente en el ámbito de la cirugía estética es el aumento de pecho, realizado comúnmente con implantes de gel altamente cohesivo de silicona. Cuando se quiere realizar un aumento más discreto o la paciente rechaza el uso de implantes, se puede utilizar grasa propia para aumentar el volumen de los pechos. La infiltración se suele realizar por cuadrantes y las incisiones son mínimas en comparación con las utilizadas para introducir un implante de mama.
Otro de los usos que a día de hoy está aumentando en popularidad es el aumento de mama compuesto que combina el uso de implantes y de grasa, consiguiendo las ventajas de ambas técnicas. En el aumento compuesto, el incremento de volumen se obtiene mediante una prótesis de silicona como en los aumentos tradicionales. Sin embargo, la lipoinfiltración en la zona del escote y en el polo superior hace que la prótesis quede más protegida y oculta, logrando un resultado más natural y armónico.
Dejando de lado el interés por el aumento del volumen mamario, las pacientes también suelen demandar tratamientos para el escote, ya que esta zona es una de las más expuestas y en ocasiones presenta alteraciones propias del fotoenvejecimiento con alteraciones en la pigmentación y pequeñas arrugas. Para las arrugas finas del escote, al igual que comentábamos que se realiza en la cara, se usa SNIF, es decir, infiltración de grasa para rellenarlas una a una. El nanofat también ha demostrado ser útil para mejorar el daño solar presente en el escote.
Gran potencial en el futuro
Como se puede apreciar, el uso de grasa propia en cirugía estética y medicina regenerativa es muy prometedor y seguirá aumentando en las próximas décadas. Numerosos productos de relleno sintéticos están siendo ahora sustituidos por las técnicas con base en la grasa propia que hemos ido comentado y seguramente en un futuro tendremos nuevos usos e incluso habremos descubierto nuevas propiedades de las lipotransferencias.
Dr. Bernardo Hontanilla Calatayud
Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora

Director del Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de la Clínica Universidad de Navarra desde el año 2008.
> Licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
> Doctor en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.
Como fruto de sus proyectos de investigación, ha publicado 59 artículos en revistas de difusión internacional en el campo de la cirugía, 25 contribuciones a libros y capítulos de libros (3 de ellos en inglés) y ha dirigido 7 tesis doctorales estando actualmente dirigiendo tres tesis doctorales. En cuanto a sus áreas de interés se encuentran, además de la cirugía estética facial y corporal, la reconstrucción de la parálisis facial y microcirugía, la reconstrucción mamaria, la reconstrucción de cabeza y cuello y miembros y las malformaciones vasculares.
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