Efecto lipolítico de los hilos PDO: ¿verdad o mito?

hilos pdo

Presentamos en este artículo un protocolo no quirúrgico que permite a nuestros pacientes disminuir la grasa localizada de grado leve/moderado mediante la aplicación de hilos PDO, obteniendo muy buenos resultados.

Por el Dr. Ariel Martín Romeo Gentilini

La acumulación de grasa submentoniana es uno de los retos actuales para la medicina estética. Aunque existen diversas opciones quirúrgicas, como son la liposucción o el lifting, cada vez son más los pacientes que optan por acudir a nuestras consultas para el tratamiento de la papada. Esto hace que tratamientos como la criolipólisis, el ácido desoxicólico o la radiofrecuencia se hayan abierto camino en el tratamiento de esta región anatómica.

Pero es uno de los procedimientos que realizamos en nuestras consultas, el tratamiento con hilos, que nos permite tratar la flacidez en el tercio inferior de la cara, el que queremos presentar como alternativa al tratamiento de la grasa submentoniana, siendo una intervención segura, barata y eficaz.

Existe en el mercado una gran variedad de tipos de hilos dependiendo de su forma (espiculados y monofilamentos) o su composición (polidioxanona, ácido poliláctico o policrapolactona), siendo entre estos los hilos espiculados de PDO los más utilizados para el reposicionamiento de estructuras y los monofilamentos de PDO para la bioestimulación.

La polidioxanona o PDO es un material usado ampliamente en las costuras reabsorbibles de cirugía desde hace mucho tiempo. Este tipo de hilo en su forma espiculada o monofilamento genera una bioestimulación, promoviendo la inducción de nuevo colágeno del tipo I y III gracias a la reacción del fibroblasto alrededor del propio hilo introducido. Aparte de la bioestimulación, existen estudios que muestran cómo la colocación del hilo produce una necrosis grasa controlada, permitiendo una reducción del tejido adiposo localizado. Debido a estas dos cualidades, el hilo monofilamento de PDO supone una alternativa fácil, segura y eficaz para el tratamiento de la papada; presentando un tiempo de recuperación muy corto y provocando pocos efectos secundarios que no van más allá de hematomas o inflamación, en comparación con otros tratamientos como el ácido desoxicólico.

Objetivo y estudio base

Poco se dice sobre el efecto que tiene sobre la grasa el hilo una vez introducido. Pero, ¿qué pasaría si con un hilo lográsemos el efecto del andamiaje de un estimulador de colágeno y de un emptier de grasa en un mismo tratamiento?

Nuestro objetivo principal es crear un protocolo para el tratamiento de papada seleccionando un perfil determinado de pacientes en la consulta de medicina estética que no solo permita la reposición de tejidos, sino la eliminación de la grasa localizada por la simple inserción del hilo.

Yoon Jung Hyun y colaboradores observaron en biopsias de piel porcina que la inserción de hilos monofilamentos de PDO mediante aguja 25 G en plano subcutáneo, con técnica de mallado, promovía no solo la generación de colágeno alrededor del hilo, sino que provocaba la muerte del tejido graso por el cual transcurría el hilo y alrededor de este, generando un nuevo desarrollo de tejido conectivo fibroso por estimulación del fibroblasto, el cual se fusionaba con el tejido conectivo existente.

También se producía la contracción del tejido cutáneo debido a la actividad del miofibroblasto, un aumento de tamaño de los capilares y la reducción del tamaño de la capa grasa por desnaturalización de los adipocitos. Estos hallazgos confirmaban que el hilo PDO reduce la grasa localizada, haciendo realidad de manera mensurable y objetiva dicho mito que decía que los pacientes tratados con hilos PDO monofilamento no solo mejoraban la calidad de piel, sino que disminuían su paquete graso.

Técnica y resultados

Los resultados mencionados hacen que el tratamiento con hilos PDO monofilamentos sea idóneo en regiones como la papada, en la que queremos reducir la grasa localizada y producir un efecto de tensado. Para ello debemos considerar que debemos realizar un mallado en la zona submentoniana mediante la colocación de los hilos 25 G y 27 G en posición vertical y horizontal, convergente/ divergente, a no más de 1 cm uno del otro. El número de hilos monofilamentos a utilizar variará dependiendo del paquete graso a tratar, empezando por 60 y llegando a 120.

Uno de los puntos clave en este tratamiento es la selección del paciente adecuado, sabiendo que no solo se logrará una disminución de la flacidez, sino que también se alcanzará la necrosis grasa, por lo que pacientes muy delgados no serían candidatos ideales para este tipo de procedimiento a nivel facial, dada la posible esqueletización en procesos repetidos, pudiendo empeorar la condición basal.

Nuestra experiencia con este tratamiento nos indica que la inflamación del área tratada es normal; pueden aparecer hematomas, siendo recomendable realizar masajes con cremas con árnica o vitamina K, las cuales ayudarán a acortar los tiempos de desaparición de estos. Es normal, asimismo, el enrojecimiento y la tumefacción. Toda esta información se la debemos proporcionar siempre al paciente, así como los cuidados postratamiento, como son evitar exposición solar, acudir a spa o saunas durante una semana o la realización de ejercicio intenso en las siguientes 48 h después del tratamiento.

Siempre debe realizarse, desde el inicio, un control fotográfico y de medidas con el plicómetro; este permite llevar una secuencia de éxito o fracaso del tratamiento.

Tabla 1. Clasificación de la grasa submentoniana en escala según su volumen

Como hemos indicado, la selección del paciente es una de las partes más importantes para el éxito de este tratamiento, para lo cual utilizamos la clasificación en estadios de la grasa preplatismal, como se puede observar en la tabla 1.

El paciente indicado para el tratamiento es aquel que se encuentra en estadios 1 y 2 (ver tabla 1), descartándose los estadios 3, en los cuales el tratamiento sería quirúrgico, y los estadios 0.

La medición de los resultados mediante plicómetro y valoración fotográfica en los casos tratados en nuestras consultas (figs. 1 y 2) muestran una disminución de la grasa submentoniana, así como de la flacidez. Estos resultados fueron confirmados, asimismo, mediante la satisfacción de los pacientes con el tratamiento.

Figs. 1 y 2. Algunos ejemplos de los resultados (estadios 1 y 2)

Conclusión

El tratamiento de la grasa submentoniana leve/moderada mediante mallado de hilos monofilamento PDO presenta una alternativa económica, no quirúrgica y mínimamente invasiva para el tratamiento de adiposidades localizadas.

El resultado del tratamiento obedece a comparativas entre estado inicial (plicometría y fotografías) sumadas a la propia impresión del paciente. El cambio se observa con pesos estables por parte del paciente, sin variaciones importantes.

Es un tratamiento prácticamente indoloro y con muy buena adhesión, escasas molestias por la introducción de los hilos con la aguja 25 y 27 G y algún hematoma que resuelve en pocos días en caso de presentarse.

Con este abordaje no solo se consigue el efecto para mejorar la flaccidez, al fomentar la formación del colágeno tipo I y tipo III, sino que se consigue eliminar la grasa localizada, fomentando el drenaje linfático y formación de nuevos capilares.

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