Definitivamente, no. Mujeres y hombres coinciden a la hora de querer prevenir el envejecimiento y de tener el mejor aspecto posible, pero para conseguirlo la técnica (y la intención) varían. El Dr. Leo Cerrud explica las diferencias.
*El 70% de las pacientes son mujeres; el 30%, hombres.
*La mujer empieza a solicitar tratamientos de Medicina Estética a los 35 años; el hombre, a los 45.
Ni mismas zonas, ni misma frecuencia ni misma intención; ellas quieren rejuvenecer, ellos gustar al sexo opuesto
“Hombres y mujeres no se tratan igual desde el punto de vista de la Medicina Estética. No tienen la misma intención, no se pinchan con la misma frecuencia ni en las mismas áreas ni se utilizan siempre los mismos materiales”, desvela el Dr. Cerrud.
• Objetivo: “La paciente femenina por lo general quiere rejuvenecer, suavizar, mejorar, recuperar, brillar. El paciente masculino prefiere mejorar sutilmente, sin que se le note. Suele ser un paciente más fácil y obediente”. En cuanto a la intención, también cambia. Si la mujer desea mejorar su aspecto para ella misma, en el hombre su principal interés es la vuelta “al mercado” después de una separación, sobre todo cuando es él el “dejado”.
• Frecuencia: La mujer, una vez empieza a hacerse procedimientos médico estéticos, es más regular y lo hace con mayor periodicidad, mientras que el hombre suele espaciar las visitas.
• Materiales: “En ellos prefiero normalmente las infiltraciones de Hidroxiapatita Cálcica, que les aporta un volumen más natural, mientras que en ellas a menudo el Ácido Hialurónico es el indicado”.
Bótox y rellenos: diferentes dosis y puntos de infiltración
Según el Dr. Cerrud puede que algunos puntos de infiltración coincidan en ambos sexos, pero otros cambian, y nunca se manejan las mismas dosis.
• Bótox: ellos refrescar sin borrar; ellas alisar arrugas o abrir la mirada
“En el caso masculino la toxina botulínica no busca elevar o rediseñar las cejas, tampoco abrir la mirada, alisar la frente, relajar el entrecejo o suavizar las patas de gallo, como en el caso del bótox femenino. Los hombres solo quieren refrescar el aspecto generar, sin borrar nada”. Las diferencias en ambos sexos en cuanto a la aplicación de bótox son varias pero muy sutiles, y están relacionadas con la cantidad de producto y dónde se infiltra. “Es fundamental que el médico tenga un conocimiento minucioso de los músculos involucrados en la mímica facial, cuáles suben y cuáles bajan, además de conocer a la perfección el efecto provocado por cada punto de infiltración para poder lograr el resultado buscado en cada caso, algo que solo se consigue con años de experiencia”.
• Rellenos: ellos definir el ángulo mandibular; ellas, recuperar la V de la juventud
“En un rostro masculino se busca sobre todo enfatizar los ángulos del contorno facial, el soporte del rostro: la mandíbula y el mentón, es decir, remarcar su masculinidad. La intención es también disimular el cansancio y los signos de la edad”.
En las mujeres, el fin es recuperar la “V” de la juventud y en ese sentido se trata de “agudizar” los ángulos, que se van desdibujando; nos centramos en tres zonas:
1. Mirada: El objetivo es abrir la mirada, rediseñar las cejas, eliminar la piel sobrante (mediante la “blefaroplastia sin cirugía”) y las ojeras”.
2. Tercio medio: Recuperar el volumen natural en las mejillas, proyectar los pómulos, suavizar los surcos nasogenianos y el código de barras.
3. Tercio inferior: Redefinir el arco mandibular que se desdibuja a partir de los 40, suavizar las líneas de marioneta o surcos de la amargura (van desde las comisuras de la boca hasta ambos lados de la barbilla) y las periorales.
• Labios: Merecen mención aparte; aquí el objetivo es recuperar o aumentar su volumen, perfilarlos para marcar su contorno o hidratarlos y aportarles turgencia.
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