La marca líder del sector de la juguetería erótica y bienestar sexual, LELO, se dio cuenta hace ya 3 años de que el uso de sus dispositivos podía ir mucho más allá del placer. Que, de hecho, profesionales de la medicina estaban usándolos como herramientas terapéuticas en sus consultas.
Por la Dra. Bárbara Fernández del Bas
Dra. Bárbara Fernández del Bas
Longevidad y Ginecoestética
en Clinique La Prairie
Los profesionales que nos dedicamos al mantenimiento y tratamiento de la salud íntima femenina sabemos que la actividad sexual juega un papel importante en la misma, pues esta ayuda a mantener la hidratación y lubricación naturales. Asimismo, la penetración genera fuerzas de tensión en la mucosa vaginal, estimulando a los fibroblastos a sintetizar colágeno y elastina, manteniendo la vagina flexible.
Los cambios en la mujer
Las mujeres sufrimos cambios hormonales durante toda nuestra vida, desde la menarquia hasta la menopausia, pasando por todos los ciclos menstruales. Y estos cambios provocan alteraciones a nivel genital.
Las situaciones de hipoestrogenismo (amenorreas, parto y lactancia, procesos oncológicos o la menopausia) producen una atrofia genital progresiva, que se define con una serie de cambios anatomopatológicos básicamente derivados del adelgazamiento del tejido como consecuencia de una falta de estrógenos locales a nivel genital. La vulva suele perder su tersura y comenzar a tener flaccidez, así como perder su almohadón graso, manifestándose en una pérdida de volumen y una mayor exposición de los labios menores o internos.
En la vagina, estos cambios se traducen en forma de pérdida de pliegues vaginales, cambios en su coloración y pérdida de elasticidad, entre otras. Como consecuencia, las pacientes notan sensación de sequedad genital, pudiendo presentar síntomas como el ardor y el dolor, usualmente asociados a las relaciones sexuales.
Juguetes por la salud genital
Los ginecólogos debemos abordar esta sintomatología de una forma integrativa. Informar a la paciente de las características de sus genitales, de buenos hábitos de higiene, de la necesidad de hidratar de forma correcta y constante el área, así como mejorar la nutrición y evitar el sedentarismo. Una vez implementadas todas las áreas, la ginecología regenerativa y funcional ya pone a nuestra disposición las herramientas más vanguardistas (radiofrecuencia, PRP, láser, sillas de HIFEM, ácido hialurónico, bótox genital). No obstante, debemos partir siempre de las más básicas: mantener una frecuencia sexual adecuada, usar humectantes, hidratantes y lubricantes.
El hecho de que la paciente tenga excitación hace que la pelvis se ingurgite de sangre, lo que favorece la microcirculación y estimula la secreción de fluidos, favoreciendo la hidratación natural de la zona. Desde el punto de vista terapéutico, para mí es fundamental, puesto que la finalidad última de todos los tratamientos regenerativos es la síntesis de colágeno y la neoangiogénesis, de tal forma que, si no pasa sangre por esos vasos recién formados, estos colapsan y se reabsorben.
La penetración, por su parte, favorece la estimulación de los fibroblastos y con ello la síntesis de elastina, promoviendo la elasticidad de la vagina y manteniendo la funcionalidad de esta. Por ello, para mí, resultan muy útiles los juguetes sexuales para el mantenimiento de la salud genital.
Disfrutar de la eficacia
Hasta ahora, LELO es la única empresa del sector de la juguetería erótica que ha puesto el foco en la parte terapéutica del uso de estos dispositivos. En 2019, coincidiendo con el salto a la fama del succionador de clítoris, la empresa realizó un estudio clínico con más de 100 mujeres no usuarias de estos dispositivos para determinar de manera científica cuáles eran los efectos reales en la anatomía del clítoris y en la respuesta sexual.
Los resultados fueron esclarecedores: las mujeres no solo mejoraban índices de satisfacción sexual tales como el orgasmo y la excitación, entre otros, sino que mejoraban la calidad de las relaciones sexuales en pareja. Esto demuestra que la indicación terapéutica de la juguetería erótica en consulta puede ser una herramienta no solo segura, sino eficaz para nuestras pacientes.
Gracias al estudio mencionado, así como a las innumerables charlas y formaciones que dan tanto a público en general como a profesionales médicos, llamadas LELO Talks, la empresa está consiguiendo derribar tabúes en torno al uso de los juguetes eróticos. ¿Cómo se conecta esto con nosotros, ginecólogos funcionales, regenerativos y estéticos? Para mí, la conexión es directa.
Mi objetivo cuando realizo una técnica regenerativa no solo es que sea eficaz, sino que la paciente disfrute de esta eficacia lo máximo posible, y para ello, la frecuencia sexual es muy importante. Sin embargo, no todas las pacientes tienen pareja, o no todas pueden tener dicha frecuencia con sus parejas, así que el uso de la juguetería erótica es una buena herramienta para mantenerla.
El objeto de
estudio (y placer)
El estudio mencionado, realizado por LELO junto a Unidad de Estudios Sexológicos del centro de Investigación CERNEP (Universidad de Almería), se elaboró sobre 101 mujeres entre 18 a 70 años. Ninguna de ellas había utilizado antes un succionador de clítoris. Para participar debían usar 2 veces por semana el SONA 2 Cruise de LELO. Estos fueron algunos de los resultados más relevantes:
✔ Se incrementó el porcentaje de mujeres que alcanzaban el orgasmo en pareja (de 6,85 a un 7,84 [p = 0,1]).
✔ Las mujeres expuestas al uso de SONA disfrutaron de un aumento significativo en la intensidad de sus orgasmos (del 38 a 50 % [p = 0,01]).
✔ En mujeres con menopausia (n=15) se encontraron diferencias significativas en el diámetro de la arteria clitoroidea y el volumen del flujo sanguíneo medido por ecografía.
✔ Aumentó la satisfacción sexual total, tanto en pareja como individual (medido mediante la escala NSSS-S).
✔ Tras dos meses de uso frecuente de SONA 2 Cruise, aumentaron de forma significativa el deseo, la excitación y la puntuación total de la escala FSFI (Índice de Función Sexual Femenina).
Artículo publicado en la revista Expertos en Medicina Estética – EME #46
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