En el ámbito de la medicina estética facial existen distintos tipos de intervenciones que permiten obtener los resultados esperados por el paciente en cuanto a relleno o aumento de volumen. Una de estas técnicas es conocida como lipofilling y se vuelve cada vez más popular dentro de este medio.
Por el Dr. Félix Pedrero Ramallo
La remodelación facial por lipofilling consiste en la aspiración de una pequeña cantidad de grasa del cuerpo (abdomen, glúteos, caderas, etc.) mediante anestesia local y su posterior infiltración en zonas del rostro donde se quiera aumentar el volumen (pómulos, labios, etc.) o donde haya una depresión (surcos nasogenianos, etc.); bien con fines estéticos o bien para corregir defectos derivados de un traumatismo o una cirugía previa. Es una técnica muy cómoda porque no requiere puntos y las complicaciones son escasas.
Para contextualizar un poco históricamente está técnica, podemos decir que hay tres momentos clave que han permitido su desarrollo y evolución. En los años 50, Lyndon Peer demuestra que, al año, cerca del 50 % de las células adiposas se rompen y se mueren después del injerto, siendo reemplazadas por tejido fibroso. En los 80, Pierre Fournier e Yves Gerard introducen esta técnica en una liposucción. En los años 90, Colleman sistematiza la lipoinyección. Por último, en 2001, investigadores de Pittsburgh demuestran que el tejido adiposo es una gran fuente de células madre mesenquimales. Estas células son indiferenciadas y presentan un complejo de histocompatibilidad tipo 2; además, se caracterizan por tener una gran potencia regenerativa una gran capacidad de autorenovación.
Las células madre del estroma derivadas de tejido adiposo (ASC) cultivadas secretan una gran cantidad de factores de crecimiento regenerativos y mediadores inmunes que influyen en los procesos de curación de heridas, angiogénesis, modulación de la inflamación y remodelación de la matriz extracelular.
Según la teoría clásica, el tejido adiposo trasplantado se mantiene vivo en el tejido receptor si recibe una adecuada nutrición e irrigación; por lo que es necesaria una buena vascularización en el sitio receptor incrementa la zona de sobrevida celular
Al producirse angiogénesis se forman nuevos vasos, que realizan una correcta nutrición de las células grasas que se inyectan en el lipofilling, evitando la necrosación de las células grasas. Según la teoría clásica de “sobrevida celular”, el tejido adiposo trasplantado se mantiene vivo en el tejido receptor si recibe una adecuada nutrición e irrigación. Por tanto, una buena vascularización del sitio receptor incrementa la zona de sobrevida celular.
Técnica del lipofilling y preparación del paciente
La técnica del lipofilling se lleva a cabo a través de una pequeña aspiración de grasa con la técnica reglada de la liposucción en la que aspiramos la cantidad de grasa necesaria (normalmente 10 o 15 cc) en función de la cantidad que necesitemos para poder realizar los rellenos en distintos lugares faciales o corporales.
Previa sedación del paciente con propofol, procedemos a usar la solución de Klein en la zona en la que se va a realizar la extracción de la grasa. La solución de Klein es una anestesia local aceptada universalmente para esta terapia. Su composición consiste en lidocaína, adrenalina y bicarbonato 1 molar, que infiltramos con una cánula de infiltración anestésica. Para realizar la extracción del tejido adiposo que necesitamos usaremos otra cánula. Con esta técnica conseguimos implantar de manera más eficaz la anestesia de la zona y la posterior extracción de la grasa que necesitamos.
Fases del tratamiento
1. Extracción y tratamiento del tejido adiposo
Posteriormente, procedemos a la extracción de 20 cc de grasa para poder separar el pericito (factores estromales vasculares) del adipocito. Para ello utilizamos la colagenasa, una enzima que rompe la unión del pericito con la grasa. Se consigue con una estufa a 37 grados, con movimiento, y en 40 o 50 minutos se produce esta separación.
Pasado este tiempo se procede a la centrifugación para hacer la separación de la grasa con el pericito. Este se va a alojar en la parte más profunda del tubo, el cual extraeremos mediante una larga cánula, conteniendo células madre. Este material lo emplearemos en la mezcla que usaremos para el lipofilling.
Reservamos una segunda jeringa de grasa (10-15 cc) sin tratar con colagenasa, en la que la mezclaremos con las células madre y los factores de crecimiento de las plaquetas.
2. Extracción de PRP
Por otro lado, sacaremos 20 cc de sangre venosa en el tubo para proceder a la preparación del plasma rico en plaquetas. Se trata de un tubo de 10 cc con citrato de sodio (se utilizan dos tubos) que luego centrifugaremos a 3700 vueltas durante nueve minutos. Durante el proceso podemos ver la separación de los glóbulos rojos, que se sitúan en la mitad inferior del tubo (parte roja), y el suero, en la mitad superior. Una vez finalizado este proceso procedemos a la obtención de factores de crecimiento, los cuales se ubican en mayor cantidad en la parte baja del suero.
Para obtener la parte con mayor cantidad de factores de crecimiento utilizaremos la parte baja del suero; la mitad, aproximadamente. Dejaremos la mitad de arriba, que es la que tiene menor cantidad de factores de crecimiento.
Esta fase tiene una especial importancia, ya que los factores de crecimiento son los responsables de producir un aumento importante de la angiogénesis, proceso imprescindible para mantener y potenciar la viabilidad de las células grasas que implantaremos y evitar la necrosis, pudiendo generar la reabsorción del tejido implantado.
Para separar el pericito del adipocito utilizamos la colagenasa, una enzima que rompe la unión de ambos. Se consigue con una estufa a 37 grados, con movimiento, y en 40-50 minutos se produce la separación
3. Fase final del tratamiento
Una vez que hemos extraído y tratado todos los componentes, los pasamos con una conexión luer to luer de una medida adecuada (2,4 mm; 1,4 mm; 1,2 mm). Esto nos sirve para que el tamaño de la grasa no sea grande y, así, evitar depositar nódulos o gránulos de tejido adiposo al aplicarlo. Los introducimos en una jeringa de 1 o 2 cc y, por medio de una cánula, procedemos a su aplicación en las localizaciones demandadas por el paciente.
Indicaciones y contraindicaciones
Este tratamiento está indicado para la remodelación facial; también se puede aplicar la lipoinyección mamaria, para el contorno corporal o en secuelas de traumatismos. Por el contrario, estará contraindicado en caso de que en la zona que debemos tratar existan procesos infecciosos, como un acné infectado; la piel debe de estar en condiciones para este tratamiento. No podemos meter un proceso infeccioso en la zona que debemos de tratar: si existe algún proceso, debemos de tratarlo antes de realizar esta intervención. Asimismo, tampoco se indicará en pacientes con tendencia a desarrollar cicatriz hipertrófica (queloides), en pacientes con tratamientos previos de productos permanentes en la zona a tratar o en embarazadas y lactantes.
Experiencia en el tratamiento
Este tipo de tratamientos se realiza desde hace años. La cara es la zona más común para realizarlos, siendo el surco nasogeniano y el realce de los pómulos las peticiones más habituales. Este tratamiento se emplea asimismo para contrarrestar la pérdida poco a poco de la grasa de Bichat, con las consecuencias que trae en la flacidez de los tejidos.
Podemos preparar al paciente antes del tratamiento indicando la toma de colágenos de distinto tipo. Indicar, asimismo, vitamina C, que estimula en el fibroblasto la fabricación de colágeno; o indicar silicio orgánico, glucosamina y condroitina para el mismo efecto complementario, ya que, cuando se realiza este tratamiento se estimula en la zona la fabricación de colágeno.
Utilizar una conexión luer to luer para traspasar la grasa nos sirve para que el tamaño de esta no sea grande y, así, evitar depositar nódulos o gránulos de tejido adiposo al aplicarla
Si queremos profundizar más en este tema, también debemos recordar la acción hormonal; teniendo en cuenta en la mujer el nivel de estradiol, progesterona y testosterona, que podemos reponer con el tratamiento de hormonas bioidénticas para poner en juego un mejor resultado. Si el paciente tiene equilibradas sus hormonas, el resultado es mejor. Asimismo, es interesante medir con análisis cómo se encuentra la hormona S-Dhea, y reponer lo que falta en caso de que estos niveles se encuentren bajos. Todos estos productos y hormonas sirven como gran coadyuvante de cara a obtener un mejor resultado.
En cuanto al tratamiento en sí, debe ser realizado con corrección, poniendo los volúmenes adecuadamente. Colocar PRP nos ayuda a que se produzca una buena vascularización, y las células madre ofrecen una estimulación zonal excelente, con buenos resultados finales. Lo podremos comprobar en la piel de la zona tratada, que presentará una mejor hidratación, brillo y turgencia.
Dr. Félix Pedrero Ramallo
Especialista en medicina biológica y antienvejecimiento
- Estudios universitarios en la Facultad de Medicina de Córdoba (Argentina), recibiendo el título de Médico Cirujano.
- Coordinador y ponente del curso de Máster en Medicina Biológica y Antienvejecimiento acreditado por la Universidad de Alcalá (2005-2008).
- Participó del Encuentro internacional de técnicas en medicina y cirugía estética 1992. Realizó
el Curso de tratamiento del envejecimiento cutáneo con bioestimulación. - Titulación de la Academia Nacional de Medicina y Cirugía Cosmética del Consell Catalá (2008).
- Es miembro fundador de la Sociedad Española de Medicina Biológica y Antienvejecimiento y socio de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC) desde febrero del 2010. Es, asimismo, miembro de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).
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