La psicóloga de la Unidad de Obesidad de Clínicas Dorsia, Laura Salcedo, nos explica el cambio radical de vida de las personas operadas de sobrepeso
Obesidad y sobrepeso son dos términos ya asociados a alarmantes estadísticas en ascenso y a enfermedades y patologías que afectan a la salud global.
Se calcula que el 23% de la población adulta española padece obesidad , mientras el sobrepeso se achaca a un 38%. Detrás de los datos: colesterol, diabetes, accidentes cardiovasculares y problemas óseos, entre otros, que, cuando los índices de masa corporal superan en muchos kilos los índices saludables, pueden llevar incluso hasta la muerte súbita.
Detrás de todas patologías se esconden también, según la psicóloga de Clínicas Dorsia, Laura Salcedo, un amplio abanico de problemas psicosociales. En una primera instancia, según la experta, se da el caso de personas con una gran merma de la autoestima por una percepción mala de su imagen física, y, en un segundo estado, son pacientes víctimas de la ansiedad y la frustración al no encontrar en las dietas la solución a su problema.
La combinación de ambos factores puede llevar a un estado depresivo que les aísla y que incluso les conduce a un mayor aumento de peso, puesto, asegura la experta, no se debe descartar el origen o la contribución de los problemas nerviosos en la obesidad: “Teniendo presente la definición de la obesidad como un estado corporal caracterizado por una acumulación de grasa, debido a un desequilibrio energético” los factores que intervienen en ese desequilibrio son la clave del sobrepeso”
Salcedo, que trabaja con pacientes obesos en Minerva, la Unidad de Nutrición y Obesidad de Dorsia, aclara que los pacientes obesos abordan las intervenciones de reducción de estómago con grandes altibajos emocionales, que van desde una gran motivación inicial a momentos de tristeza, pasando por picos de euforia.
Todo un carrusel emocional que comienza con el preoperatorio, en el que ya algunos pacientes tienen que iniciarse en la reeducación alimentaria y que termina, tras un largo periodo posterior a la intervención, con una nueva filosofía nutricional. No sólo se trata de reducir el estómago , sino de aprender a comer de forma saludable.
Según de qué operación estemos hablando ( Método Pose, Balón gástrico, balón ajustable o Manga Gástrica) este periodo educacional, que incluye seguimiento psicológico y orientación a la actividad física puede durar hasta dos años, explica la experta: “normalmente, siempre que hay que adaptarse a algún cambio nuevo, surgen periodos de bienestar y autoeficacia percibida, junto con periodos de fracaso y frustración por objetivos o metas no alcanzadas, con lo cual durante todo el tratamiento hay que intervenir en la motivación del paciente y en el apoyo psicológico, de manera continua”
Al final del largo trayecto, los beneficios son incuestionables. Se trata, en definitiva, de una nueva vida, que la psicóloga de Dorsia, resume en los siguientes puntos.
- Mayor adaptación social: mejor integración social y mayor disfrute de las relaciones interpersonales.
- Mejoría/Desaparición de posibles trastornos psicopatológicos secundarios (sintomas ansiosos-depresivos)
- Desarrollo y mantenimiento de hábitos de ejercicio físico. Aprenden a vivir en movimiento.
- Mejora de la percepción de salud: se sienten mejor con su salud, y se produce una disminución drástica del tratamiento farmacológico, por la mayoría de las enfermedades asociadas.
- Percepción positiva de su calidad de vida: con el aumento de su bienestar mental y la mejora del estado de ánimo, están más motivados y con más ganas de vivir.
- Mayor satisfacción corporal: les gusta su físico, se miran, se vuelven a hacer fotos…
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