No hay motivo para hacer parón estético. El sol y las altas temperaturas no implican dejar a medias un tratamiento de radiofrecuencia corporal ni aplazar hasta septiembre el retoque de toxina botulínica. La doctora Paula Rosso, del Centro Médico Lajo-Plaza, repasa las técnicas más utilizadas y nos explica por qué sí pueden –y deben- seguir haciéndose en verano.
¡LUZ VERDE!
Toxina botulínica. No hay nada que temer. Por un lado, las infiltraciones que exige son muy pocas –lo que reduce mucho el riesgo de hematomas-; y por otro lado, viene muy bien de cara al verano para prevenir las arrugas de expresión que se forman con los exagerados gestos que hacemos a causa del sol –sobre todo las que tienen los ojos claros-.
Radiofrecuencia. No está contraindicada con el sol ni con el calor. Todo lo contrario, cuando la realizamos, solemos recomendar al paciente que intente mantener la temperatura de su piel alta en el transcurso de ese día. En verano, eso es muy fácil.
Mesoterapia facial. Es muy recomendable infiltrar vitaminas o incluso Plasma Rico en Plaquetas para preparar, hidratar y fortalecer la piel durante y de cara al verano. Las agujas que se emplean son muy finas y la profundidad del pinchazo es mínima, por lo que si sale algún hematoma sería muy pequeño. En ese caso, solo habría que proteger bien esa zona del sol mientras dure.
Rellenos con ácido hialurónico. Las nuevas técnicas de infiltrado que utilizan microcánulas minimizan al máximo la aparición de morados o hematomas. Además se trata de un material que, además de voluminizar y suavizar las líneas de expresión, es importantísimo a la hora de hidratar la piel, algo que se necesita especialmente cuando tomamos el sol.
Hilos tensores. También se puede. Se introducen con unas agujas muy finas y no se produce herida cutánea. Solo en el caso –nada frecuente- de que apareciera un moretón habría que proteger esa zona del sol con un SPF 50 hasta que desaparezca.
Peelings superficiales. No hay razón para sacarlos de la agenda beauty. Puede realizarse siempre y cuando se evite el sol durante los dos días posteriores y se recurra a índices de protección elevados (mínimo 50) la semana posterior.
¡LUZ ROJA!
Láseres ablativos y semiablativos. El motivo es que dejan expuestas las capas profundas de la piel y exigen periodos de recuperación lentos con la consiguiente contraindicación de evitar exponerse al sol durante al menos 60 días.
Esclerosis vascular. Por un lado, exige usar medias de compresión que son molestas en verano, y por otro, evitar las fuentes de calor intensas. Además, si apareciera algún hematoma, habría que evitar la exposición solar.
Peelings Medios y Profundos. Deben abstenerse sobre todo, los pacientes con fototipos altos (IV y V). En estos casos, cualquier tratamiento que lesione la barrera epidérmica pueden cicatrizar pigmentando, y más aún si se trata de tratamientos agresivos y en momentos de mucha exposición solar.
Micro injertos capilares. Tras esta intervención la sudoración es contraproducente.
Luz Pulsada. Siempre hay que hacer las últimas sesiones antes del verano, ya que atenúan manchas y estimulan la formación de colágeno. Pero una vez nos vamos a exponer al sol hay que suspender las sesiones. Aunque esta tecnología no lesione la barrera cutánea, sí irrita ligeramente la piel y es mejor evitar la exposición solar directa.
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