Con la creciente demanda del servicio de los tratamientos de eliminación de tatuajes y de lesiones pigmentadas, ha hecho que Apolo haya desarrollado dos equipos por encima de los láseres Q-Switched predecesores. De esta manera ofrecen hasta 7 modelos diferentes de láseres de pulso corto con sistema Q-Switched.
Estos dos nuevos láseres ya están presentes en diferentes centros dermatológicos y clínicas de medicina estética, los cuáles han sido abalados por pacientes de más de 60 países con unos resultados altamente satisfactorios.
Los principales tratamientos que realizan estos láseres son la eliminación de tatuajes, lesiones pigmentadas y fotorejuvenecimiento.
La principal característica y lo más importante en estos láseres, es la duración de los pulsos (pulsos ultracortos). La finalidad es realizar un pulso muy potente en un intervalo de tiempo muy corto. De esta forma se consigue una alta densidad de energía capaz de desfragmentar en minúsculas partículas el pigmento y no provocar daño alguno en el tejido epidérmico.
¿Por qué un pulso más corto daña menos la epidermis?
- Cuánto más corto sea el tiempo de emisión de pulso, menos tiempo va a estar expuesta la piel a la luz láser, por lo que minimiza las lesiones por efecto foto térmico. De esta forma no hay tiempo suficiente a que la piel sufra daño epidérmico, evitando así posibles efectos secundarios como hipopigmentaciones o marcas en la piel.
- Cuanto más corto sea el tiempo de emisión, menos energía necesita para conseguir una alta densidad y por tanto menos agresión al tejido epidérmico.
¿Es más efectivo que los láseres Q-Switched convencionales?
Sí, estos láseres son más efectivos en la realización de tratamientos por dos motivos:
- Al conseguir una altísima densidad de energía, consigue desfragmentar el pigmento en partículas mucho más pequeñas. Esto facilita su posterior fagocitación y eliminación.
- Mantiene la efectividad cuando el tamaño del pigmento es más pequeño. Cuanto más pequeño es el tamaño del pigmento, menor es su tiempo de refrigeración térmica, por lo que el tiempo de emisión del pulso del láser tiene que ser menor que el tiempo de refrigeración térmica del pigmento. Solo así conseguimos su desfragmentación y su posterior eliminación.
El tiempo de emisión láser ha de ser más corto que el tiempo de refrigeración térmica del propio pigmento, para conseguir así el estrés acústico necesario para su desfragmentación y su posterior eliminación.
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