PERFILOMODELACIÓN MÉDICO-ESTÉTICA

La nariz es lo primero que suele venir a la cabeza al hablar del ‘perfil’, sin embargo, la nariz no es, ni mucho menos, el único elemento, ni siquiera el más importante. Un perfil bello no depende de una nariz más grande o más pequeña, sino de la equilibrada proyección de sus diferentes estructuras, que incluyen la frente, la nariz, los labios y la barbilla o mentón. Una proporción que las últimas técnicas del diagnóstico y materiales de relleno pueden ayudar a mejorar sin necesidad de recurrir al quirófano ni pasar por postoperatorios dolorosos.

Por la Dra. Sofía Ruíz del Cueto y la Dra. Mar Mira

Los pasos previos al tratamiento

Igual que con cualquier tratamiento, antes de una perfilomodelación, para nosotras también resulta esencial realizar nuestro Diagnóstico Multidimensional, que se basa en fotografías realizadas en unas condiciones muy específicas y estudiadas para ser introducidas en nuestro software propio, programado según las últimas tecnologías de reconocimiento facial, que realiza mediciones antropométricas de alta precisión y permite detectar, de una forma 100 % objetiva, las posibles “disarmonías” del perfil. Esa fórmula de medición objetiva es esencial, pues es habitual que una paciente que acude a tratarse la nariz porque se ve algo “raro” en el perfil, tras pasar por el Diagnóstico confirme que su “disarmonía” no está en la nariz, sino en otra de las estructuras que lo componen.

El Diagnóstico Multidimensional aplicado al perfil se basa, fundamentalmente, en la medición de proyecciones y ángulos, como el naso-labial (entre la nariz y los labios) o el cervico-mentoniano (desde el mentón al cuello, pues no hay que olvidar la zona de la papada al hablar del equilibrio del perfil). Estos ángulos se miden desde ambos lados del rostro y se comparan para determinar si hay asimetrías que afecten a la armonía y la belleza.

A estas mediciones objetivas, para un diagnóstico y planteamiento de tratamiento idóneo, hay que sumar la experiencia y el ojo clínico. Y es que, el software apunta cualquier pequeña asimetría como falta de proporción o disarmonía, sin embargo, un ojo entrenado permite valorar de forma “humana” y profesional si realmente esa asimetría resulta o no favorecedora en el contexto de cada perfil.

Las “desproporciones” más frecuentes

Entre las “disarmonías” más habituales del perfil, las referidas al mentón o mentón disarmónico (retraído o prominente, reducido, alargado, redondeado o cuadrado en exceso) son las que más se tratan. El mentón, contando desde la barbilla hasta la zona del cuello inferior a la misma, resulta una estructura básica y determinante en la belleza y proporcionalidad del rostro, tanto de perfil como de frente.

En segundo lugar estarían las disarmonías de la estructura nasal: dorso demasiado cóncavo o convexo (nariz aguileña), punta caída y un largo etcétera que puede alterar la armonía de las proyecciones en el perfil facial.

En tercer lugar, la estructura del perfil más tratada es la inversión de la proporción entre el labio superior y el inferior: la proporción “ideal” se halla estableciendo una línea desde la punta de la nariz. El labio superior debería quedar a 4 mm de dicha línea y el inferior justo a la mitad, a 2 mm. Esa es la proporcionalidad perfecta basada en las medidas de número Phi o proporción aurea. Obviamente, hay casos en que cierta desproporción sobre esas medidas puede resultar bella, pero de forma habitual, cuando el labio superior tiene una proyección evidentemente mayor que el inferior, no suele favorecer y recomendamos corregirlo.

Por último, la siguiente estructura involucrada en el perfil que más se trata es la frente, por cóncava o por convexa. Para resultar armónica debería seguir un ángulo de entre 165 y 175º trazando una línea desde la nariz al arco ciliar. Por debajo de estos parámetros, se ve como hundida y rompe la armonía.

Hay casos en que es preciso realizar un tratamiento más completo que incluya varias estructuras. Es el caso del perfil convexo que se produce cuando en la línea fronto-mentoniana (la que va desde la frente a la barbilla), la proporción es inferior a 165º. Se da en caras con un mentón huidizo y/o con adelantamiento del maxilar y, en estos casos, convendría proyectar el mentón para recuperar la proporción. También ocurre con el perfil cóncavo, el caso contrario al anterior: cuando la línea fronto-mentoniana es superior a 175º. Se produce en caras con mentón muy proyectado y hundimiento maxilar. En esos casos, se percibe una cavidad entre ellos que suele ser recomendable proyectar.

¿Para quién?

La perfilomodelación es un tratamiento indicado tanto para pacientes jóvenes, pues permite redirigir la forma en la que va a incidir en ellos el paso del tiempo de una forma más equilibrada; como en personas de más edad, en las que logra un efecto de rejuvenecimiento facial global.

Nuestra técnica de perfilomodelación

Para realizar la perfilomodelación, en nuestra clínica empleamos diferentes tipos de ácidos hialurónicos con distintas características físicas específicamente seleccionados para cada objetivo y zona del perfil. Por ejemplo, para reproyectar una frente hundida, se opta por hialurónicos menos reticulados y no tan concentrados para no crear irregularidades, porque es una región con poca capacidad de proyección entre el hueso y la piel. Para los labios se emplean hialurónicos que se adapten al movimiento, flexibles y sin rigidez. Para la nariz y el mentón, sin embargo, se requieren fórmulas con mayor capacidad de proyección y durabilidad.

Para la infiltración, según la región y el tipo de hialurónico empleado, se optará bien por cánula o bien por jeringuilla. El tratamiento se realiza en secuencias (como un programa) y en sesiones de una hora como máximo. El número de sesiones requeridas dependerá de las áreas a tratar y lo habitual es que, como mantenimiento, y para ir reperfilando y redirigiendo el paso del tiempo, se recomienden tratamientos según la necesidad.

Los resultados son muy duraderos, pues hay un antes y un después a partir del cual basta con ir manteniendo y mejorando lo logrado. Además, no es un tratamiento doloroso. Dependiendo de las zonas y el umbral del dolor de cada paciente puede resultar más o menos molesto, pero se aplica anestesia tópica y los propios hialurónicos llevan también anestésico, que actúa justo en el momento de la infiltración, evitando el dolor de la misma.

Dtra. Sofía Ruíz del Cueto
Doctora Especialista
Dtra. Mar Mira
Doctora Especialista
Es licenciada en Medicina por
la Universidad Complutense de
Madrid y especialista en Medicina de familia.
Máster Universitario en Medicina
Estética por la Universidad de
las Islas Baleares (2003-2004).
Presidenta de la Comisión de
Normativa Europea de la
Medicina Estética y vocal de la SEME. Es coautora con la escritora
Carmen Posadas del libro “La
hernia de Viriato”.
Es licenciada en medicina y cirugía por la Universidad de
Navarra, finalizando los
cursos de doctorado con
matrícula de honor un año
más tarde. Diplomada en
nutrición Clinica por el hospital Clínico de Barcelona.
Máster de Medicina Estética por la SEME(1990-91) y Máster de
Medicina Estética
y Anti envejecimiento por la Universidad
Autónoma de Barcelona(2003-2004).