Retoques estéticos: ¿cuándo son necesarios?

Las redes sociales suelen bullir cuando alguna influencer publica que se está realizando un retoque o una cirugía estética. El último caso, el de Rocío Osorno, que se ha hecho recientemente una rinoplastia a la vez que su amiga, Teresa Bass. Esto plantea un precedente peligroso entre sus seguidoras más jóvenes si se asocia el hecho de acudir a un retoque a un plan a hacer con amigas, como quien va a hacerse un pendiente juntas.

Otra polémica, relacionada en este caso con sortear algo tan serio como una cirugía estética: Oriana Marzoli tuvo que borrar de su perfil de Instagram un post en el que sorteaba una operación de aumento de pecho. Foto que, al cabo de las horas, tuvo que borrar debido al revuelo causado.

«Cuando hablamos de algo tan serio como un paso por quirófano no debe tomarse a la ligera. Se trata de una transformación del cuerpo que tiene un postoperatorio. Diferente sería si hablásemos de algo más temporal y superficial como una hidratación de labios», cuentan Mónica y Alicia Flores, las expertas en estética y dermatología de Clínicas Láser Fusión.

Someterse a una cirugía es una decisión que debe tomarse de manera reposada y meditada, no algo que ganes en un sorteo y su ejecución se precipite. Las bases incluirán una fecha límite para realizar la operación y eso conlleva a la ausencia de tiempo para meditarlo de manera correcta.

La decisión debe ser muy reposada y meditada

«Verse y sentirse bien una misma es primordial para una autoestima sana. Sólo un 5% de personas  se arrepiente de la cirugía estética y es más fácil echarse atrás con algo que solo han sido unos pinchazos», comentan las hermanas Flores.

Y con razón. Pasar por quirófano para algo como un aumento de pecho puede llevar una recuperación de dos meses. En el caso más reciente, hemos visto hace poco como María Pombo se sometía, en este caso, a su deseada operación de reducción de pecho. La influencer siempre ha sido muy clara al respecto: a ella le acomplejaba y le molestaba físicamente su talla actual. Ha esperado hasta tener a su primer hijo, Martín, para entrar a quirófano. Ella, en sus redes, comenta que lo más duro del postoperatorio es no poder coger en brazos al niño.

Este ejemplo muestra precisamente una decisión que lleva tomada algún tiempo pero para la que se ha esperado antes de ejecutarla. Osorno, sobre su rinoplastia, insiste en que se ha llevado a cabo para un retoque de tabique y la eliminación de unos cornetes que le impedían respirar bien. Sin embargo, la sevillana ha aprovechado para retocarse la punta de la nariz por motivos meramente estéticos. Pero su amiga, Teresa Bass, argumenta exactamente lo mismo.

«Nos preocupa que se envíe un mensaje equivocado sobre los tratamientos y cirugías estéticas. Aquellos que tienen el fin de modificar el cuerpo de manera más permanente deben tomarse como el asunto serio que son», concluyen desde Clínicas Láser Fusión.