La rinoplastia feminizante

rinoplastia feminizante
Rinoplastia feminizante

La nariz femenina suele ser más pequeña, delgada, recta y uniforme que la masculina. No suele presentar gibas muy marcadas y, habitualmente, tiene una punta ligeramente más elevada o respingona, así como un mayor ángulo nasolabial. Por todo ello, la cirugía de rinoplastia feminizante tiene una gran capacidad de otorgar un aspecto más femenino a un rostro.

Por el Dr. Iván Mañero

Es cierto que existen tantos tipos de nariz como personas hay en el mundo. Sin embargo, como decíamos en este artículo, hay unos patrones de simetría y belleza que nos marcan unas características de la nariz según si es masculina o femenina.

La nariz masculina suele ser mucho más grande que la femenina como consecuencia de un componente óseo mayor. Pero esta no es la única característica: el nacimiento de la nariz desde la frente en el hombre tiene una forma más aguda que en la mujer. Ellas la tienen más fina, más estrecha, la forma en el nacimiento del labio es distinta… Es decir, el tamaño no es exclusivo ni determinante a la hora de identificar una nariz como masculina o femenina. Pero sí lo pueden ser otros factores.

La visión artística del cirujano

Por ello, cuando se lleva a cabo una rinoplastia feminizante, el cirujano plástico debe conocer muy bien la delicada técnica quirúrgica, poseer una capacidad artística innegable para conseguir un buen resultado, pero, además, debe tener un profundo conocimiento del dimorfismo sexual para poder evaluar cada caso y ofrecerle
el mejor abordaje.

El cirujano debe ser un especialista en evaluar cada ángulo, cada factor y cada característica de la nariz para conseguir un resultado óptimo.

Así, por ejemplo, debe tener claro que, mientras que en el varón suele tener un nacimiento de la nariz en el labio superior de 90 grados, en la mujer dicho nacimiento es a 95 o 100 grados. Debe saber también que los orificios nasales de las mujeres suelen ser más estrechos y más finos que los del hombre, así como toda la estructura nasal, que suele ser de contorno más suave. Además, el nacimiento de la nariz, desde la frente, en la mujer suele ser más suave o mucho más abierto que en el del hombre.

El tamaño no es exclusivo ni determinante a la hora de identificar una nariz como masculina o femenina

Avances tecnológicos y abordaje

Hoy en día poseemos tecnología y técnicas quirúrgicas que permiten al cirujano ser muy exigente y trabajar de una manera aún más precisa, si cabe, en la rinoplastia feminizante.

Así, por ejemplo, la radiofrecuencia en la rinoplastia permite manejar el hueso con sierras ultrasónicas, mucho menos agresivas a nivel óseo, puesto que están programadas únicamente para cortar hueso y nunca tejidos blandos. En consecuencia, se producen menos hematomas y una recuperación muchísimo más rápida.

Por otro lado, con la tecnología piezoeléctrica se consigue que el corte del hueso no dañe estructuras nobles y ello permite realizar cirugías mucho más precisas. Evidentemente, en IM GENDER no solo utilizamos esta tecnología en la nariz, sino que se usa en todo el remodelamiento craneal.

La cirugía de rinoplastia feminizante es relativamente corta. Dura una hora y requiere de una noche de hospitalización. Aunque en la mayoría de ocasiones, como decíamos anteriormente, no se lleva a cabo de manera aislada, sino dentro de un conjunto de técnicas de feminización facial.

Existen dos técnicas para realizarla, la abierta y la cerrada. Esta última, normalmente, se emplea en esos casos en los que se tiene que hacer poco trabajo, sobre todo, en el esqueleto nasal. Cuando se trata de feminización facial, sin embargo, se suele optar por la primera. Esto nos permite una mejor visión de todo el esqueleto y la estructura de la nariz y permite manipular todos los tejidos blandos y, en definitiva, llevar a cabo una cirugía mucho más precisa. De esta manera podemos crear de forma exacta y milimétrica un nuevo esqueleto femenino de esa nariz para que cuando dejemos su piel encima de ella, el resultado sea una nariz femenina, armónica y bella.

Además, la rinoplastia feminizante no solo debe abordar aspectos estéticos, también debemos ser muy cuidadosos con los aspectos funcionales (problemas de respiración, ya sea por un tabique nasal desviado o por cornetes –estructuras dentro de la nariz que se inflan de sangre para calentar el aire que pasa por las fosas nasales, provocando así problemas respiratorios–).

Al disminuir el tamaño de la nariz en la rinoplastia feminizante hay que cuidar mucho y optimizar todo el paso del aire, porque vamos a reducir esa entrada de oxígeno, a la que la paciente no estará acostumbrada. Estos aspectos también deben ser muy tenidos en cuenta para que el resultado de la rinoplastia sea un rostro más dulce y femenino, pero también una nariz que permita a la mujer respirar con plenitud y sin problemas.