Rodillas, tobillos, estómago o cara interna de muslos y brazos, estaban considerados zonas tabú para la liposucción convencional por su recuperación larga y penosa, así como por su dudosa retracción cutánea tras la intervención. Hoy han dejado de serlo gracias al Lipoláser, que consigue excelentes resultados, tanto en la reducción de volúmenes como en la textura cutánea de la celulitis.
El lipoláser es una lipoescultura con láser que se realiza en IML con el equipo Aspire Slim Lipo, cuya fibra óptica de 1,5 mm facilita los trabajos más precisos y delicados. Esta varita flexible, que conduce la emisión láser hasta el tejido graso, consigue:
– Destruir las células grasas sin sañar estructuras vecinas.
– Retraer la piel gracias a la coagulación inmediata del colágeno.
– Reducir el traumatismo tisular gracias al tamaño de la varilla.
– Limitar los hematomas, el edema y la recuperación a 48 horas.
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