¿Superespecialización en cirugía?

La especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora por vía MIR es la única que permite realizar cirugías plásticas faciales y corporales. Sin embargo, hay especialistas, como dermatólogos, oftalmólogos u otorrinolaringólogos, que pueden realizar ciertas cirugías faciales y, por tanto, especializarse en estas intervenciones. Dos profesionales con distintas formaciones, trayectorias y perspectivas nos dan su visión acerca de este asunto.

Dra. Carmen Orte

Los médicos en la antigüedad no tenían especialización. Eran médicos generales y no fue hasta el siglo XIX cuando aparecieron las primeras especialidades médicas: dermatología, laringología, oftalmología y neurología. Las especializaciones en cirugía no llegaron hasta la Primera Guerra Mundial; y es ahí cuando aparece la cirugía plástica como especialidad más próxima a lo que conocemos hoy en día.

Especialidad y competencias

La especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora por vía MIR es la única especialidad en la que se pueden realizar cirugías plásticas faciales y corporales. En España hay especialidades médico-quirúrgicas como dermatología, oftalmología, otorrinolaringología y cirugía maxilofacial que, según las competencias del BOE, están autorizadas para realizar cirugías faciales como blefaroplastia, otoplastia o rinoplastia. De ahí han surgido nuevas Sociedades Científicas como la Sociedad Española o Europea de Cirugía Plástica Facial.

Sin embargo, el campo de la cirugía estética abarca infinidad de procedimientos muy variados, desde un aumento de pecho a un lifting facial. Hay que tener en cuenta que cada procedimiento requiere un estudio individualizado, pues no hay dos pacientes iguales. Esto hace que, en un mismo procedimiento, para llegar a un resultado objetivo en dos pacientes, haya que aplicar diferentes técnicas en cada uno.

A pesar de que los tratamientos en el ámbito de la belleza se remontan a hace muchos siglos, se sigue investigando año tras año, desarrollando nuevos procedimientos y nuevas técnicas en cada zona del cuerpo. Los pacientes cada vez quieren técnicas menos invasivas y más seguras y este es un mundo que está en continuo crecimiento, actualización e innovación.

“En mi opinión, y poniéndome en el papel de paciente, valoraría mucho más operarme con un cirujano superespecializado en una zona corporal o facial”

Una profesión, dos visiones

¿Se puede saber todo de todo, o es más factible y fiable un especialista superespecializado en una zona del cuerpo? En este punto se pueden encontrar defensores de cada uno de los conceptos: el de la globalización y el de la superespecialización. Los cirujanos a favor de la globalización realizarían todo tipo de intervenciones, teniendo un nicho de mercado mucho más amplio. En cambio, los defensores de la superespecialización solamente realizarían un tipo o unos pocos tipos de intervenciones, con un nicho de mercado más limitado.

La superespecialización es un resultado inevitable, debido al aumento de la complejidad de las disciplinas quirúrgicas. En mi opinión, y poniéndome en el papel de paciente, valoraría mucho más operarme con un cirujano superespecializado en una zona corporal o facial. Cuando una persona realiza una formación específica y tiene una experiencia amplia en un campo concreto, considero que las probabilidades de éxito son mayores.

Esa superespecialización hace que se conozcan muchas más técnicas por ese conocimiento profundo de la zona y de las diferentes formas de abordarla.

La experiencia en ese tipo de intervención hace que se sea más capaz de resolver cualquier imprevisto que pueda surgir durante la intervención quirúrgica, que el resultado resulte más predecible, que se puedan resolver con más facilidad las complicaciones que puedan aparecer.

Aunque, sin duda, como en todo, también depende de las habilidades del cirujano. Con ello quiero decir que un cirujano con gran preparación y talento puede realizar muchos tipos de intervenciones de forma excelente. Pero, ¿y si ese cirujano talentoso solo hiciera un tipo de cirugía? ¿Se estaría desaprovechando o alcanzaría un
nivel quirúrgico en ese tipo de intervención difícilmente alcanzable por el resto?

El futuro

Como otorrinolaringóloga, estoy superespecializada en cirugía nasal, tanto estética como funcional y, sin duda, lo veo una ventaja tanto para mí como para mis pacientes por todo lo apuntado anteriormente.

Mi opinión es que estar superespecializado no significa que se pierda el resto de la visión de los rasgos de la persona. De hecho, es muy importante valorar el conjunto de las características del paciente. A un hombre corpulento y alto no se le puede diseñar la misma nariz que a una mujer delgada y bajita. Por ello considero fundamental el estudio individualizado de cada persona. Creo que primero se ha de tener una base y conocimiento global que te permita, más adelante, alcanzar la superespecialización.

La nariz, en concreto, me parece una estructura compleja y que requiere esta superespecialización. Tal vez otras zonas corporales o faciales no precisen de tanto. Pero, en definitiva, creo que la tendencia a lo largo de los años será hacia la superespecialización por las ventajas que presenta, igual que han ido surgiendo las especialidades a lo largo de la historia. Por último, no creo que esta tendencia sea solo en el ámbito de la medicina, sino que puede ser extrapolable a otros campos profesionales.

Dr. Moisés Martín Anaya

Hablar de especialización en cirugía estética es una redundancia. Los cirujanos plásticos, estéticos y reparadores ya estamos especializados. Somos licenciados en Medicina y Cirugía, y, además, hemos cursado unos estudios adicionales que nos habilitan para realizar intervenciones que cubren las tres áreas mencionadas en nuestro título profesional.

Si centramos más el foco y llegamos al término superespecialización corremos el riesgo de introducirnos en un debate falso y crear confusión.

Matices en la terminología

Es cierto que a algunos cirujanos plásticos se les asocia más con ciertas intervenciones; por ejemplo, las del contorno corporal, en las que, a la liposucción tradicional, se vienen incorporando nuevas técnicas que definen la musculatura. Otro sector de la profesión se centra más, bien por los pacientes que acuden a su clínica, bien por haber sido reconocido en este ámbito, en la cirugía de la mama.

Son ejemplos que se refieren más al término inglés expertise que a la especialización; que, en todo caso, podría aplicarse a la cirugía reconstructiva; por ejemplo, a la microcirugía de la mano.

Descartadísima queda la superespecialización, porque un cirujano plástico que domina las técnicas de liposucción no centra su carrera en operar los muslos o los brazos.

Con esta aclaración llegamos, pues, a otro debate, que es el que relaciona la superespecialización con otras áreas de la medicina y la cirugía y cuyos profesionales se aventuran en el terreno de la cirugía estética.

“Hablar de especialización en cirugía estética es una redundancia. Los cirujanos plásticos, estéticos y reparadores ya estamos especializados”

Capacitación y especialización

El oftalmólogo maneja las bolsas de los ojos, el otorrino también hace intervenciones de rinoplastia. Lo que ocurre es que en lo que estos profesionales se centran es en la parte funcional de los ojos o la nariz, no en la parte estética. Sin embargo, están capacitados para hacerlo, circunstancia que suele exponerse como argumento para justificar sus incursiones en cirugía estética.

Pueden hacerlo. Sí, pero no se debe confundir capacitación profesional con especialización. Surge aquí una cuestión ética que nos lleva a rechazar el intrusismo.

Un oftalmólogo puede quitar las bolsas de los ojos, pero ¿puede rejuvenecer la mirada y con ello el conjunto del rostro? Mi opinión es que no. Para eso estamos los cirujanos plásticos, estéticos y reparadores.

La visión estética global, la de nuestra especialización como cirujanos plásticos, reparadores y estéticos, es la que les falta a compañeros médicos de otras ramas, y por la que, considero, nunca van a poder ofrecer a sus pacientes los resultados que ellos demandan.

Información necesaria

Creo que ese paciente lo tiene que saber. El interés último, el bien supremo que perseguimos todos los profesionales de la medicina, es la salud del paciente. Y es muy importante que este esté bien informado siempre. El consentimiento informado, de hecho, nos obliga a decirle lo que somos, precisamente porque en ocasiones se utilizan eufemismos que pueden dar lugar a confusión.

Por ejemplo, “cirujano estético facial” es una titulación que no existe, y con esto me refiero a que no está reconocida por el Ministerio de Sanidad, pero bajo la que se anuncian y aparecen en medios muchos médicos. No es lo mismo ser un licenciado en Medicina y Cirugía y estar especializado en cirugía estética facial que ser un especializado en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora que tiene mucha experiencia en cirugía plástica facial.

Es más, la cirugía estética es la que se encarga de las cirugías estéticas faciales: la blefaroplastia, las rinoplastias, la otoplastia y el lifting facial. Si hablásemos de cirugía estética corporal nos referiríamos al aumento, la elevación y reducción de pecho y a la liposucción como procedimientos icónicos o más demandados.

Insisto: el paciente lo tiene que saber. Es obligación de todos, médicos y comunicadores, evitar la desinformación en aras de la salud de quienes acuden a las clínicas para mejorar sus vidas.