10 tips para una liposucción 10

liposuccion

¿Qué diferencia a un buen cirujano de un experto? A esta pregunta da respuesta el Dr. Jordi Mir; que, junto con su equipo, forma parte del reducido grupo de cirujanos plásticos más reconocidos y mejor valorados internacionalmente en la cirugía de liposucción.

Este artículo es fruto de una conversación telefónica con el especialista, y es una versión de la conferencia que ofreció en la AECEP Meeting de 2022; por lo que esperamos que podáis compaginar este material con su demostración en directo. Hay cosas que no pueden contarse, hay que trabajarlas.

Por el Dr. Jordi Mir

Skills + equipo + tecnología

Lo primero que se requiere, tanto si lo que queremos es realizar una “liposucción 10” como cualquier otra cirugía, es una combinación de tres factores: por un lado, las skills, las habilidades del cirujano. Hablamos de qué manos tiene o, también, qué sentido estético tiene de las proporciones. Y es que, por ejemplo, no es suficiente con hacer una liposucción muy bien hecha, técnicamente, a una mujer, si le acabas dejando una forma muy masculina.

Estas habilidades se consiguen formándose continuamente, y haciéndolo con los mejores. Un ejemplo personal: en mi caso, en 2016 o 2017 viajé a Colombia para pasar una semana con el número uno del mundo para perfeccionar la técnica. Y, en nuestra clínica, cada semana solemos recibir a un cirujano nacional o internacional que viene a vernos para aprender o mejorar la técnica.

El segundo factor es el equipo. Nosotros formamos un equipo de unas 12 personas en nuestra clínica. Y el tercero es la tecnología. Una liposucción hoy en día no se realiza como hace 20 años, sino que se emplean aparatos muy sofisticados de tecnología ultrasónica y de tecnología con radiofrecuencia; aparatos que quizá requieren una inversión en quirófano de unos 400.000 euros. Esto explica, obviamente, que no los tenga todo el mundo, porque para rentabilizarla debería ser una intervención que se lleve a cabo cada día.

Para entender esta unión de tres factores suelo poner como ejemplo al equipo Ferrari. Lo que vemos a simple vista durante una carrera es a dos pilotos con mucho talento; pero, en realidad, hay un equipo de más de 100 personas detrás y dos coches de Fórmula 1 con una mecánica y unas prestaciones impecables. Skills, equipo y tecnología: lo primero que hay que buscar son estos tres elementos.

⓶ Curva de aprendizaje

Hay dos puntos clave en la carrera de un cirujano: transformarse en un buen cirujano, que abarca desde que empiezas hasta que lo haces bien; y convertirse en un experto, que va desde que lo haces bien a cuando nunca lo haces mal. A esto lo llamamos curva de aprendizaje. La primera parte ocupa en torno a un año; la segunda, unos cinco años.

Localizar el problema

Este es un punto que se relaciona con lo que comentábamos anteriormente acerca de la visión estética que debe tener el cirujano plástico. Cuando vemos a un paciente, debemos detectar el problema principal que presenta. Por ejemplo, si tiene mucha cadera, si tiene barriga, o si su estructura esquelética es asimétrica. Tenemos que identificar cuál es ese problema principal para saber cuál es la solución. A menudo, lo que hacemos es lanzarnos directamente a dar la solución, y esto suele ser un error.

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⓸ Seleccionar bien al paciente

Primero, el paciente tiene que tener un peso corporal determinado. No debe tener un índice de masa corporal (IMC) superior a 27. Pero selección del paciente también significa entender que la operación de liposucción supone solamente el 50 % del resultado final; el otro 50 % se compone de un 30 % que es la dieta que siga el paciente después, y un 20 % que es el deporte.

Nuestro equipo, en Europa, está considerado como uno de los mejores a nivel de liposucción, pero lo que la gente no suele tener presente (a pesar de que incidimos en ello) es que la mayoría de los resultados que enseñamos son producto de personas que hacen esa dieta y ese deporte. Los que no mostramos son resultados normales; por supuesto, están mejor, pero no son resultados espectaculares.

Es decir, hay una parte en el éxito de una liposucción que implica que el paciente esté preparado para ella: que tenga el peso correcto y esté dispuesto a llevar una vida fit.

Algo que también entra dentro del punto de selección del paciente es su historia clínica. Debemos asegurarnos de que no figuren enfermedades que predispongan, principalmente, a la trombosis o al sangrado. Las alteraciones de la coagulación no son bien llevadas por una liposucción y no operamos a este tipo de pacientes.

Asimismo, también es importante que no consuman ciertos ingredientes o alimentos que, en general, en su día a día, son inocuos, pero que de cara a una intervención de este tipo pueden ser peligrosos por favorecer este sangrado, como son la cúrcuma, el ajo o el Omega 3.

⓹ El número de cirujanos, importa

Incidimos un poco más en la importancia del equipo que mencionamos en el primer punto. No solo en la calidad, también en la cantidad. No es lo mismo una una operación realizada por un solo cirujano que una en la que intervienen dos (por eso el paciente que se quiere someter a una liposucción debe preguntar siempre qué equipo quirúrgico hay en una clínica). ¿Por qué? Porque el tiempo de intervención disminuye muchísimo.

Cuando yo empecé operaba solo, y la media de tiempo era de unas 6 horas para una cirugía. Ahora lo hacemos entre dos o tres personas y la media está en 4. Es decir, reducimos dos horas el tiempo de intervención. Esto es muy importante, porque a partir de la quinta hora se incrementa el riesgo quirúrgico, es cuando comienzan a aparecer las complicaciones.

⓺ En la clínica, como en casa

Es importante contar con una clínica contrastada y que garantice la máxima seguridad. Por ejemplo, que sea una clínica que disponga de Unidad de Ciudados Intensivos. Nosotros operamos cada lunes en clínica Diagonal, en un quirófano que se encuentra a 20 o 30 metros de la UCI. Y la quiero para no usarla, porque no lo hacemos, pero en caso de que haya una complicación sé que está ahí, y me da seguridad y tranquilidad.

Puede que tengas una complicación cada muchos años, puede que incluso no te ocurra nunca, pero tienes que trabajar y tener todos los días tu quirófano preparado como si ese fuera a ser el día que va a pasar. Es decir, deberíamos operar en un hospital privado contrastado, que cuente con una UCI, que tenga banco de sangre, laboratorio, radiología, para hacer un escáner de urgencia si es necesario, etc.

Por otro lado, esta es una operación compleja, que requiere un ingreso de una a dos noches. Esto me parece personalmente muy importante, por lo que, en nuestro caso, siempre ingresamos al paciente dos noches. Esto permite no solo que se vayan sin dolor, sino que sea una experiencia agradable para ellos. No solo queremos que el resultado sea positivo, sino que no se vayan preguntándose si ha merecido la pena tanto sufrimiento. No, no es necesario.

⓻ Anticiparse a los problemas

Para evitar la anemia o incluso la necesidad de transfusión sanguínea, algo que hacemos es operar solo a pacientes con una reserva sanguínea importante, con una hemoglobina mayor de 13. Si no la alcanzan, les damos hierro oral desde 2 meses antes hasta 2 meses después de la operación.

Otro tip importante es el que nos sirve para prevenir la complicación más frecuente, que es el seroma. El seroma es esa acumulación de líquido debajo de la piel que los pacientes describen como una “ola” de agua. Efectivamente, es así, es líquido que se acumula bajo su piel, y para evitarlo debemos hacer masaje linfático 10 días seguidos después de la liposucción. Este es uno de los puntos que más limita esta cirugía, puesto que obliga a disponer del equipo y de la infraestructura necesarias.

Y pasamos de la complicación más frecuente a la más grave: la trombosis venosa en las piernas. Para evitarla, en nuestro caso usamos medias de compresión neumática durante todo el ingreso del paciente. Empezamos en el quirófano, antes de comenzar la intervención, y no se las quitamos hasta el día siguiente, que lo pasan íntegro en cama. De esta manera, mientras están dormidos o en reposo absoluto, las medias ofrecen un masaje continuo y la sangre permanece constantemente en circulación.

Además, también les administramos heparina hasta 10 días después.

⓼ Tener la mejor tecnología

El sistema más eficiente actualmente en el mundo para hacer una liposucción es la combinación de un liposuctor ultrasónico y uno vibratorio. Entre los 300 mejores equipos del mundo en liposucción, el 70 % usa esta combinación.

Se trata de una tecnología que, como decíamos, es cara, pero que tiene dos factores que la hacen imprescindible: primero, que licua la grasa antes de quitarla.

La grasa es sólida, por tanto, al aspirarla así puede dejar irregularidades, pero si la licuamos resulta muy sencillo, lo aspiramos todo y sin dejar rastro. Esto hace que el resultado sea imbatible comparada con cualquier otra técnica. La segunda gran virtud es que crean una “quemadura” en la capa profunda de la piel que la retrae dejándola mucho más pegada a la musculatura que en otros casos.

⓽ No somos líneas, sino sombras

Desde hace unos 7 años en España (en el mundo hace más, unos 15) se introdujo la liposucción de alta definición (high-definition liposuction), que busca marcar las líneas musculares. Y tiene dos particularidades: una es que, que nos permite dibujar las líneas musculares reales del paciente, y la segunda es que además podemos infiltrar grasa dentro de los músculos para que el aspecto sea más atlético (en el hombre frecuentemente inyectamos grasa en hombros y en pectoral; y en la mujer típicamente se hace en glúteos).

A este respecto sí es fundamental la implicación del paciente: solo se puede hacer a aquellos que, como mínimo, vayan dos o tres veces por semana al gimnasio.

Respecto al marcaje de las líneas musculares, hay un punto en la curva de aprendizaje, que quizá sea el más complejo o el más tardío, y es cuando te das cuenta de que, en realidad, un cuerpo definido no está formado por líneas, sino por sombras. En nuestro caso, en quirófano, usamos un truco cuando creemos que la intervención ha acabado.

Apagamos todas las luces y ponemos una luz arriba, a unos 45 grados de la cabeza del paciente, de manera que se marquen todas las sombras de su cuerpo como si estuviese de pie y le iluminase la luz del sol. Esto nos permite ver si las hemos dejado correctas o no, si hemos dejado alguna sombra más marcada que otra…

Es decir, cuando creemos que hemos acabado, prolongamos la cirugía 5 o 10 minutos más mirando esos detalles, para buscar un resultado más fino. Esto es lo que conocemos como “the wow effect”.

⓾ Confiar en otros

Algo que nos preguntan muy a menudo es en cuánto tiempo se puede hacer vida normal. La vida normal se puede hacer a la semana; deporte, a las dos semanas. Sin embargo, hay que llevar faja durante dos meses, y aquí viene otro tip. Es muy importante que la faja sea la correcta, que ejerza la presión correcta, y eso hay que dejarlo en manos de profesionales.

Nosotros trabajamos con una ortopedia que mide a los pacientes y que puede ir regulando esta presión conforme lo vayan necesitando. A veces, a mitad del tratamiento, tienes que cambiar la faja porque esta ha perdido presión o porque el paciente ha bajado de talla.