Es uno de los ‘problemas’ que más preocupa a las mujeres, sobre todo a partir de cierta edad. Los ‘brazos colgones’, son no obstante susceptibles de cirugía y otros tratamientos novedosos tal como explica el Dr. Ángel Juárez Cordero, Unidad de Cirugía Plástica y Estética del Hospital de la Zarzuela.
La vida actual, repleta de comodidades, tales como dirección asistida en los coches, mandos a distancia, funciones automatizadas, etc., determina el escaso esfuerzo que se lleva a cabo con los brazos, que máxime cuando además no se realiza ningún ejercicio físico expreso para la zona, tienden a caer irremisiblemente. Es lo que se denomina “brazos colgones”, un enemigo de los tirantes, de las mangas cortas, e incluso de los abrazos en condiciones.
Grasa y flacidez excesivas
Tienen una buena solución quirúrgica, mediante la técnica conocida como Braquioplastia.
En esta intervención que consiste en eliminar por medio del bisturí el exceso cutáneo graso que provoca el descolgamiento, puede utilizarse anestesia local.
La cicatriz es larga, y tarda mucho en evolucionar para conseguir hacerse invisible (incluso hasta dos años).
Aparte de este tratamiento quirúrgico, no existe ninguna técnica capaz de mejorar sustancialmente esta patología, cuando ya está avanzada.
Grasa y flacidez moderadas
Sin embargo, si el grado de descolgamiento no es excesivo, es posible trabajar la zona con la bioestimulación corporal.
Aunque su uso es más conocido en el tratamiento del envejecimiento facial también se usa en el envejecimiento de determinadas zonas corporales (cara interna de los brazos y muslos) consiguiendo una reafirmación espectacular en estas zonas corporales tan difíciles de tratar.
Se utiliza el plasma rico en plaquetas (para ello es necesario extraer sangre del paciente) que se introduce en la zona afectada por vía intradérmica (a modo de mesoterapia.)
Posteriormente se aplica un aparato de radiofrecuencia con el fin de producir una hipertermia local fisiológica, para producir un aumento de la velocidad de las reacciones biológicas, aumentando la oxigenación y, disminuyendo la flacidez de los tejidos.
Precisa anestesia tópica (en crema) y se suele recomendar una vez al año.
La radiofrecuencia que se utiliza es la bipolar.
La sesión dura unos 45 minutos.
Deben llevarse a cabo 10 sesiones, una sesión semanal.
Grasa sin flacidez
Cuando el acúmulo localizado de grasa no entraña flacidez es posible realizar una Liposucción asistida por ultrasonidos. Se basa en la utilización de los ultrasonidos para licuar las células grasas (adipocitos), que de este modo pueden ser extraídas posteriormente mediante aspiración.
Se realiza en quirófano con anestesia local más sedación.
En el post-operatorio es preciso llevar una prenda de presoterapia de cuatro a seis semanas.
El resultado es objetivo, cuatro meses más tarde de la intervención.
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