TURISMO DE BISTURÍ Y LOW COST, UNA COMBINACIÓN DE ALTO RIESGO

Un año más, con la llegada del verano y las vacaciones decenas de españolas deciden emprender “el viaje de su vida”, del que volverán “siendo otras”. Han contratado un paquete ocio-sanitario y se disponen a coger una avión con rumbo a un país en el que no sólo van a realizar turismo sino también a someterse a una operación de cirugía estética.

Supuestamente, la decisión no puede ser más acertada: aprovechar las vacaciones y cumplir el deseo y/o la necesidad de realizarse una intervención de cambio de imagen por un gran precio. O, al menos, por uno que pueden permitirse.

No resulta difícil encontrar estas ofertas buceando en Internet, puesto que, no sólo se intercambian en foros femeninos o se publicitan en anuncios de dudosa veracidad, sino que ya existen agencias dedicadas exclusivamente a esta modalidad turística. Así, mientras se invita a descubrir la noche boliviana de Santa Cruz o las misiones jesuitas de San Javier, se ofrece un completo listado de precios, que, en líneas generales suponen la mitad del coste del precio en España.

Al margen de lo que esta realidad pueda contribuir a  propagar esa imagen frívola e irreal de la Cirugía Estética, lo cierto es que  el llamado Turismo de Bisturí puede suponer un grave riesgo para la seguridad de los pacientes.

Desde la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica, se recuerda, un año más, la diferencia entre operarse en un país extranjero, con un profesional acreditado, con todas las garantías en cuanto a medios y plazos médicos a hacerlo mediante uno de estos paquetes ocio-sanitario.

Una cirugía estética, recuerdan desde AECEP, es una intervención médica, que requiere no sólo unas manos expertas, sino un control médico, pre y postoperatorio, además de la garantía de que los equipos humano y técnico son los que se precisan.

Así, antes de viajar, explica Francisco Menéndez Graíño, presidente de la asociación, los pacientes deben asegurarse de que se cumplan los siguientes requisitos:

  • Lo relativo a la intervención debe ser gestionado por la clínica donde va a tener lugar la cirugía. Nunca por un tour operador. La salud y la seguridad deben estar por encima de cualquier otra consideración.
  • Nunca se debe viajar sin conocer las credenciales del cirujano plástico que va a realizar la operación. Cuántos más datos mejor. No sólo la titulación que le acredita profesionalmente, sino su posible pertenencia a organizaciones profesionales. Nunca, eso sí, hay que dejar que las opiniones de foros y páginas personales influyan en nuestra decisión. Pueden contener información no veraz.
  • El paciente debe asegurarse de que se le van a realizar las pruebas precisas para el preoperatorio. Tal como advierte Gustavo Sordo, cirujano miembro de la asociación, cualquier fallo o ausencia en estas pruebas ya delata falta de rigor y preparación. Si se produce una complicación en el quirófano y no se dispone de datos básicos como alergias u otras enfermedades importantes a estos efectos, se corre grave riesgo. Asimismo, explica el doctor, los problemas del preoperatorio se pueden manifestar en el quirófano y el postoperatorio.
  • Para Francisco Menéndez Graíño el seguimiento postoperatorio es fundamental para garantizar no sólo los buenos resultados, sino la seguridad del paciente. La estancia en el país, tras el paso por el quirófano, debe ser, de siete días mínimo, aunque, lo óptimo es un periodo de entre 10 y 15 días. Graíño recuerda que existe peligro al montarse en un avión tras la cirugía puesto que . “Son muchas horas de inactividad muscular en miembros inferiores lo que puede llevar a una trombosis venosa profunda y sus complicaciones derivadas “. Además, añade, se han descrito  complicaciones tan llamativas como la apertura de las cicatrices quirúrgicas en los primeros 7 o 10 días tras volar en aviones más de 3 o 4 horas, por ejemplo, tras aumento de mamas por los cambios de presión y la no curación total.

El motivo por el que se viaja antes de lo debido es el bajo precio del paquete contratado. Al minimizar la estancia postoperatoria en el sitio de la cirugía y volar demasiado pronto el riesgo se dispara. El low cost también existe en el turismo de bisturí y es el motivo principal de que, tal como explica el presidente de los cirujanos, “surjan alertas sanitarias en Estados Unidos tras detectar infecciones extrañas o problemas muy serios en ciudadanas de ese país que han ideo a operarse a Centroamérica o a Tailandia.”

España, también destino del turismo sanitario

 El motivo no es otro que la experiencia y el gran prestigio de los cirujanos españoles, lo que ha permitido que nuestro país esté considerado como una de las mecas del turismo sanitario. Ahora bien, aclara Gustavo Sordo, “ España es un gran activo mundial en el campo de la estética, y el recipiente de pacientes para los que el precio final no es el determinante principal de su elección. Para eso hay otros países más económicos.”

Lo corrobora el presidente de AECEP, para quien el paciente que acude a operarse dentro de nuestras fronteras “busca una cirugía de calidad y, desde luego, no el low-cost”.

En este sentido, los cirujanos españoles animan a quieran cambiar cualquier aspecto de su anatomía a ponerse en sus manos, puesto que , en palabras textuales, “ no existe ningún procedimiento de cirugía estética que no se haga de manera excelente en España.

Francisco Menéndez Graiño es presidente de AECEP.

Gustavo Sordo es miembro de la junta directiva de AECEP