
Playa, montaña, piscina. Durante el verano, nuestra piel se ve afectada por la exposición constante al sol, cuyos efectos cada vez son más adversos. Además, muchos de los tratamientos que podemos realizar durante el invierno son incompatibles durante esta época del año, por lo que tendemos a descuidar la salud de nuestra piel.
Entre los muchos tratamientos que mejoran nuestro aspecto, el láser se ha convertido en uno de los preferidos por los pacientes debido a su eficiencia y rapidez a la hora de conseguir resultados. Si bien durante el verano, su uso no se recomienda debido a la interacción del láser y el sol en nuestra piel, tras el verano se convierte en un tratamiento estrella que nos permite ponernos a punto.
Manchas pigmentadas como léntigos o melasma, engrosamiento de la piel, arrugas, flacidez, arañas vasculares o poros abiertos son algunos de los síntomas que nos deben poner alerta sobre un posible fotoenvejecimiento. Para detectarlos a tiempo, es necesario conocer la opinión de un dermatólogo que evalúe e identifique qué es lo que nos sucede, así como cuál es el tratamiento láser que mejor se adapta a nuestra piel.
- Los léntigos o la queratosis seborreica pueden ser tratadas con láser de Q-Switched gracias a su rápida acción para romper la melanina y su eficiencia en éstas. Los láseres Revlite o PicoSure son dos opciones cómodas para la eliminación de estas patologías.
- Si han aparecido arrugas donde antes no había, los láseres no fraccionados son una alternativa muy sencilla y prácticamente indolora. Para ello, el láser Icon + Lux 1540 es la elección más sencilla y que ofrece unos resultados garantizados en el tiempo. El tratamiento consta de 4 a 6 sesiones en el área donde hayan aparecido las arrugas y su tiempo de inactividad tras el tratamiento es mínimo, pudiendo volver a la actividad diaria de manera inmediata.
- Para las manchas, el tratamiento “ThreeForMe” es la mejor opción. La combinación del láser Lux 1540 con la luz pulsada MaxG ofrece al paciente un resultado excelente en un espacio muy corto de tiempo para eliminar no solo lesiones pigmentadas sino también pequeñas lesiones vasculares y arrugas.
Pero no solo los tratamientos faciales tienen cabida después del verano. La depilación láser es un “must”. A pesar de que con el láser de diodo Vectus es posible depilarse en cualquier época del año, tras el verano los tratamientos de depilación son más seguros, lo que nos invita a recuperar nuestro bono y hacernos un repaso obligatorio.
En cuanto a los tratamientos para eliminar la grasa acumulada, son viables durante todo el año. Hay que recordar que cualquier dieta debe ser revisada por un especialista, pero si además hay un problema de grasa localizada, equipos como SculpSure o Smartlipo nos permiten poner nuestro cuerpo a punto y focalizarnos en esas zonas de nuestro cuerpo con las que no nos sentimos cómodos.
También para eliminar tatuajes o tratar varices, el momento para comenzar el tratamiento es justo después del verano. De esta manera nos aseguraremos de que el sol no influya tras cada sesión, evitando posibles efectos adversos que puedan complicar los tratamientos.
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