Una de las grandes revoluciones en el campo de la medicina estética vino de la mano de un activo tan preciado como poco temido: el ácido hialurónico. Al margen de su capacidad para retener el agua reconstituyendo las fibras que sostienen los tejidos de la piel y aportando gran hidratación, ha mostrado ser el mejor relleno.
La Dra. Neus Tomás, especialista en medicina estética, del Instituto Javier de Benito, pionero en su utilización, apunta algunas de las propiedades y ventajas que este activo ha traído al mundo de la estética.
En primer lugar hay que dejar constancia de que su uso como sustancia de relleno (en arrugas, cicatrices y en el restablecimiento de volúmenes faciales), ha retrasado, cuando no sustituido, el lifting de cirugía. Estamos ante la solución a algunos problemas con los que los médicos estéticos se encontraban al tratar el rostro.
“El uso del ácido hialurónico ha supuesto un antes y un después. Antes se utilizaban sustancias de relleno como biopolímeros, siliconas etc. Pero con los años se vio que no eran reabsorbibles y que actuaban en el organismo como un cuerpo extraño: se encanpsulaban y creaban granulomas”. También se había utilizado el colágeno, “pero solo funcionaba para arrugas muy finas, y además podía provocar reacciones alérgicas”. Por no hablar de la escasa duración del efecto conseguido.
La incorporación del ácido hialurónico de origen no animal resuelve el problema estético sin peligro de reacciones alérgicas (y por tanto sin que se haga necesario un test de prueba previo). Una vez infiltrado en la zona a tratar, estimula la producción de colágeno por lo que se multiplica el efecto rejuvenecedor. Sus inconvenientes no van más allá del hematoma provisional que pueda provocar la inyección. Es, además, reabsorbible, pero el efecto tiene una duración muy aceptable: tarda entre 1 y 2 años en desaparecer.
Gracias a la posibilidad de trabajarcon diferentes densidades, el ácido hialurónico puede resolver la mayoría de los problemas estéticos que se presentan: surcos, arrugas finas y pronunciadas, relleno de labios y pómulos… Con su uso se puede hidratar, restablecer volúmenes y delimitar perfiles.
Aunque es apto para cualquier edad y resuelve algunos de los quebraderos de cabeza en la adolescencia, como las marcas de acné, la doctora ha observado que el perfil más común de pacientes que lo usan, es el de mujer de entre 30 y 60 años.
Deja una respuesta