Al mismo tiempo que los tatuajes se ponen de moda, aumentan las personas que desean eliminarlos.
A pesar del aumento del número de personas que se tatúan en la actualidad, hay muchas otras que desean borrar sus tatuajes. Ante esta contrariedad, es necesario tener varias cuestiones en cuenta antes de realizarse un tatuaje, recomienda la Academia Española de Dermatología y Venereología, tanto para lograr un buen resultado, como para conocer los posibles riesgos y opciones de eliminarlos. Principalmente, es necesario asegurarse de que la persona que lo va a realizar es un profesional con conocimientos sanitarios pertinentes. Otro punto a valorar tiene que ver con el color. Los tonos más fáciles de eliminar son los azules, grises y negros. Los más difíciles, en cambio, son los amarillos y verdes. Pigmentos como el rojo o naranja suelen provocar reacciones de rechazo. Por otro lado, es aconsejable evitar tatuar sobre lunares, ya que si el lunar resulta un tumor, es difícil diagnosticarlo.
De igual importancia es conocer los riesgos de usar una tinta no homologada. La Dra Alonso, Miembro de la AEDV, habla sobre los riesgos de usar tinta no homologada y afirma “puede ser tóxica, alergénica o incluso que esté contaminada y provoque infecciones”. En consecuencia, en algunos países se prohíbe donar sangre a personas con tatuajes por el riesgo de haber podido contagiarse de alguna enfermedad.
En ocasiones, la henna negra se suele considerar como alternativa a los tatuajes. Pero la henna negra puede provocar reacciones alérgicas de contacto, por lo que no es del todo recomendable.
Sí, es posible eliminar los tatuajes. La técnica utilizada es el láser ultrapulsado y se puede considerar 100% efectiva en la mayoría de los casos. El problema surge cuando el láser no es adecuado, o el control médico es inexistente, y en consecuencia surgen riesgos de quemaduras y cicatrices.
La posibilidad de eliminarlos con éxito no depende solo del color, también tiene mucho que ver la zona en la que se encuentra el tatuaje. Las superficies más fáciles son las que no presentan huecos o curvas, en las que la piel es más gruesa. Es decir, la espalda, muslos o brazos. Además, de la zona y del color, cabe considerar que los tatuajes realizados por profesionales suelen ser más complicados de eliminar.
Variables como el tiempo que lleve el tatuaje o la cantidad y el color del pigmento hacen que sea más fácil o más difícil eliminarlos, y por ello el número de sesiones cambia en función de estos aspectos. Normalmente, suelen hacer falta hasta 8-10 sesiones. El precio y la duración de cada sesión dependen del tamaño y tipo de tatuaje, por lo que es necesaria una previa evaluación para poder determinarlos.
Después de eliminar un tatuaje, es necesario cuidar la piel para evitar infecciones, ya que con el láser se destruye el pigmento, provocando en ocasiones costras. La Dra Alonso recomienda cuidar la piel una vez pasados los primeros días, utilizando una protección solar adecuada a cada tipo de piel. Ante una posible reacción alérgica lo más conveniente es acudir a su dermatólogo.
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