La cirugía de recontorno o de modificación estructural del esqueleto facial ha sido ampliamente utilizada como parte de las técnicas de feminización facial. Sin embargo, estas técnicas de armonización facial pueden resultar atractivas –y son cada vez más demandadas– para un perfil muy variado de pacientes: La evolución y revolución tecnológica nos han permitido introducir la planificación virtual, personalizando las cirugías con material a medida y guías de corte, dando como resultado una metodología precisa precisa, predecible y más segura.
Por el Dr. Javier Gutiérrez Santamaría
La cirugía estructural del esqueleto cráneo-facial permite modificar la anatomía ósea de regiones como el complejo frente/nariz/órbita, el área cigomático- maxilar (zona de los pómulos), la premaxila o la mandíbula, además de otras zonas como la nariz y el cartílago tiroides. Estas intervenciones nos permiten disminuir o aumentar el volumen en las áreas de interés, modificar su forma o contorno e incluso cambiar la posición de algunas de ellas. Las técnicas empleadas para ello trabajan sobre el hueso a través de escultura ósea y de cortes específicos conocidos como osteotomías u ostectomías para la eliminación de volumen o el cambio de la posición o del formato del hueso. En otras ocasiones, mediante el uso de injertos o la colocación de prótesis personalizadas se pueden conseguir aumentos de volumen o modificaciones del contorno facial.
La evolución y revolución tecnológica de los últimos años, con la introducción de la planificación virtual, la personalización de las cirugías mediante material a medida y guías de corte y el uso del bisturí piezoeléctrico han permitido convertir esta metodología en precisa, predecible y, por lo tanto, segura y cómoda para el paciente. Estas técnicas de vanguardia, unidas a un equipo con más de 13 años de experiencia en cirugía facial y realizadas en un entorno incomparable, conforman Skullpture.
¿Cómo surge esta cirugía?
La cirugía de recontorno o de modificación estructural del esqueleto facial ha tenido un claro referente en las técnicas de feminización facial. La cirugía de feminización facial, orientada principalmente a pacientes transgénero, nació en el año 1987 en EE.UU. y desde entonces ha tenido un claro auge motivado por una demanda creciente por parte de este colectivo. Esta cirugía persigue la modificación estructural de aquellos rasgos faciales que son identificados como masculinos y que, por tanto, condicionan el género con el que el paciente es percibido. Las técnicas quirúrgicas centradas en áreas de la cara como la frente, el reborde orbitario, la nariz, la mandíbula-mentón y la nuez se han desarrollado progresivamente hasta alcanzar un alto nivel de calidad, lo que ha permitido la consecución de resultados óptimos y la consolidación de esta disciplina quirúrgica.
Las técnicas quirúrgicas centradas en áreas de la cara como la frente, el reborde orbitario, la nariz, la mandíbula-mentón y la nuez se han desarrollado hasta alcanzar un alto nivel de calidad
En los últimos años se ha experimentado un aumento en la demanda de este tipo de tratamientos por parte de pacientes no pertenecientes al colectivo transgénero que buscan una mejora funcional o estética de sus rasgos faciales. Estas técnicas de armonización facial pueden resultar atractivas para un perfil muy variado de pacientes: desde pacientes con rasgos muy prominentes (frente excesivamente marcada, mentón muy cuadrado o nuez visible) a pacientes con asimetrías faciales o que deseen una mejor definición de la línea mandibular con unos ángulos más prominentes.

Técnica de recontorno mandibular
Como hemos mencionado anteriormente, a la hora de afrontar estos casos en los que se persigue la modificación de la anatomía mandibular, podemos emplear diferentes técnicas en función del objetivo.
Sustracción (feminización) o eliminación de hueso
Para pasar de una región con exceso de volumen o muy angulosa a otra más delicada, menos marcada. También es aplicable a la hora de tratar asimetrías, eliminando volumen donde exista exceso del mismo. Se realiza una planificación virtual previa, que permite diseñar el tipo de corte a realizar en función de la anatomía y problema de cada paciente, así como preservar el nervio dentario inferior en todo su recorrido intramandibular. A partir de esta planificación se obtienen unas guías de corte tridimensionales (validadas por nuestro equipo con un grado de precisión altísima, con un rango de error inframilimétrico) que permitirán realizar la cirugía de manera precisa y segura.
La planificación virtual nos permitirá diseñar el tipo de corte a realizar según la anatomía y problema del paciente, así como preservar el nervio dentario inferior en todo su recorrido intramandibular
Se accede al reborde inferior mandibular a través de incisiones intraorales estratégicamente situadas para hacerlas imperceptibles (incisión única o triple, con tunelización en profundidad para acceder a todo el reborde óseo inferior). Con el apoyo de las guías y el bisturí piezoeléctrico, se realiza el corte a nivel del hueso, eliminando así el fragmento sobrante. Además, es necesaria la escultura ósea con micromotor de alta revolución para conseguir el formato mandibular deseado. Normalmente se modifican los ángulos junto al mentón o el reborde mandibular completo (ángulos, cuerpo mandibular y mentón).
Este método de planificación que incluye cortes óseos con guías quirúrgicas personalizadas ha sido desarrollado por el equipo médico de Skullpture a lo largo de los últimos años. Gracias a JAWContour® podemos ofrecer a nuestros pacientes un alto nivel de confianza y seguridad, elementos clave de cualquier intervención quirúrgica.
Si existiera un desequilibrio en la posición del mentón o de la mandíbula, este debería modificarse mediante una cirugía de mentoplastia de avance/descenso o una osteotomía sagital bilateral (cirugía ortognática),
respectivamente.
Adición
En aquellos casos en los que el objetivo sea aumentar el volumen del contorno mandibular, como en casos de masculinización (también conocidos como armonización) o compensar asimetrías por déficit óseo. Es muy típico en la zona de los ángulos y del mentón, aunque es frecuente tratar todo el contorno para no generar escalones mandibulares o morfologías poco naturales.
El aumento de volumen óseo puede realizarse de varias maneras. Las más habituales son: a) Injertando hueso del propio paciente, por ejemplo, del propio contorno mandibular, y movilizándolo a zonas cercanas (técnica conocida como chin wing); b) Confección de prótesis personalizadas, a medida, de un material que no reaccione con el organismo, como el PEEK (poliéter éter cetona). Este tipo de prótesis permiten un diseño adaptado a la necesidad, puesto que se elaboran mediante impresión 3D. Permite la confección de unos ángulos mandibulares más prominentes, un reborde mandibular más marcado o un mentón más proyectado o cuadrangular.

Combinación con lifting
Está claro que el contorno mandibular puede modificarse mediante cirugía. Pero, ¿qué ocurre con los tejidos blandos que cubren la mandíbula? ¿Se puede “pronosticar” qué pasará con ellos tras la cirugía de contorno? Parece lógico pensar que en los casos de adición no existe tanto problema como cuando se elimina soporte estructural a estos tejidos blandos.
La readaptación de la máscara de piel-tejido subcutáneo musculatura es variable en función de cada paciente. Por lo general, en pacientes menores de 40-45 años, con buena calidad de los tejidos blandos, se espera una recuperación completa transcurrido un año tras esta cirugía. Pasada esta franja de edad pueden hacerse más evidentes descolgamientos previamente existentes o incluso que aparezcan pasado el tiempo de recuperación de la intervención. Existen diferentes alternativas de tratamiento, desde una radiofrecuencia de alta intensidad, pasando por el uso de ultrasonidos localizados o las cirugías de estiramiento cérvico-faciales (lifting).
Además de esta incidencia posoperatoria, que puede hacer necesaria la cirugía de retensado, encontramos pacientes que necesitan de entrada un tratamiento combinado estructural (óseo) y antienvejecimiento (partes blandas). ¿Cuál sería el orden ideal? ¿Pueden realizarse a la vez, en una misma intervención? La respuesta es “depende”.
En aquellos casos en los que se empleen técnicas de sustracción o de eliminación de hueso, siempre recomendamos diferir el lifting a una segunda fase, al menos 6 meses tras la intervención mandibular. Los motivos para no simultanear ambas cirugías son los siguientes: los vectores de fuerzas del lifting e inflamatorios son opuestos, algo que puede afectar al resultado final; la cirugía mandibular genera inflamación inmediatamente tras la cirugía, algo que dificultaría realizar el estiramiento de forma precisa y, por último, que el número de horas de cirugía se incrementaría considerablemente.
En casos en los que se aumente el volumen mandibular, la argumentación es diferente. El propio incremento de volumen puede ser suficiente para generar cierto estiramiento de las partes blandas y retrasar la necesidad de otra cirugía. En caso de requerirlo, podríamos optar por realizar el lifting simultáneamente o después del cambio estructural. Asimismo, si optamos por realizarlo de forma simultánea, parece lógico realizar la colocación de la prótesis para posteriormente trabajar la definición de la línea mandibular y del resto de tejidos blandos. De lo contrario, podría suceder que algunas de las suturas realizadas durante la cirugía de estiramiento se soltaran con la manipulación mandibular durante la colocación de la prótesis.
En resumen, la cirugía ósea mandibular permitirá dar más protagonismo a esta región, armonizando sus proporciones con el resto de la cara. Puede combinarse de forma efectiva con la cirugía de retensado de partes blandas para conseguir, además, el rejuvenecimiento del área cervical. Es conveniente definir las etapas de tratamiento en caso de que no sea posible efectuar ambas intervenciones de manera simultánea.

Dr. Javier Gutiérrez Santamaría
MD, PhD, Cirujano de Skullpture Especialista en feminización y armonización facial
El Dr. Gutiérrez Santamaría es uno de los reconocidos expertos en cirugía ósea facial que forman el equipo de Skullpture. Este equipo multidisciplinario nace en 2021, liderado por los doctores Luis Capitán y Daniel Simón, y está formado actualmente por más de 42 profesionales especializados en cuidado facial que cuentan con una experiencia media de más de 14 años. Las clínicas de Skullpture, actualmente en Marbella y Barcelona, nacen con el objetivo de ser una referencia en la armonización y feminización facial, basándose en tecnología innovadora de alta precisión, de desarrollo y patente propios, y en procedimientos seguros con resultados altamente predecibles para comodidad y seguridad del paciente.
Deja una respuesta