Las aplicaciones médicas del ácido hialurónico comienzan a desarrollarse en la segunda mitad del pasado siglo. Sin embargo, aún quedan, incluso entre los propios profesionales, mucho que aprender y muchos mitos que desterrar sobre él.
Por el Dr. Jesús Chicón
El envejecimiento es un proceso muy complejo que trae consigo cambios moleculares que se manifiestan a nivel celular, histológico y anatómico; y el envejecimiento cutáneo es una de sus manifestaciones más evidentes. Los signos visibles de este proceso se deben a la pérdida de la elasticidad de la piel y la disminución de las estructuras subcutáneas, que modifican los volúmenes de la cara, provocando un aspecto triste y cansado.
El ácido hialurónico (AH)
El AH es un polímero natural lineal compuesto por unidades de sacáridos unidos por enlaces glicosídicos con un peso molecular cercano a los 4000 kDa. El número de sacáridos puede ser de 10.000 o más unidades.
Las aplicaciones médicas del AH comienzan a desarrollarse en la segunda mitad del pasado siglo. El primer preparado comercial con fines médicos lo lanza Fidia Farmaceutici en 1962, la Connectivina®, una pomada para el tratamiento de las lesiones cutáneas. Será también Fidia la que, en 1987, obtenga la primera aprobación del AH como medicamento con el nombre Hyalgan® para el tratamiento del dolor asociado a los procesos inflamatorios de la rodilla. Desde entonces, los usos clínicos de este han crecido exponencialmente, aunque todos los desarrollos clínicos posteriores han sido bajo la regulación de dispositivo médico en lugar de como medicamento.
La bioestimulación
Este concepto de tratamiento estético tiene por objetivo activar la formación de colágeno a partir de los 30 años, así como trabajar en la prevención de los factores que disminuyen su cantidad y calidad. En el caso de la cara, al promoverse la formación de colágeno, se logra redefinir el óvalo facial, así como volver a tensar la piel que ha perdido su sostén con el paso de los años.
El ácido hialurónico se puede usar como bioestimulador facial – Verdadero
Se sabe que las moléculas de ácido hialurónico se unen a los receptores CD44 presentes en la superficie de los queratinocitos activando la movilización de calcio y la señalización mediada por la RhoGTPasa, que conducen a la activación del queratinocito y otras funciones dérmicas.
Una de las consecuencias de la activación de los queratinocitos y de los fibroblastos es la liberación de colágeno al medio extracelular, lo que favorece la restauración de la matriz extracelular. La capacidad de activación de los fibroblastos y los queratinocitos por parte del AH dependerá del peso molecular de este, así como que no sea reticulado.
Todos los AH se pueden usar como bioestimuladores faciales – Falso
Son muchos los estudios que relacionan la actividad biológica y mecánica del AH a su peso molecular medido en daltons (Da). Generalizando, se puede decir que el ácido hialurónico de alto peso molecular (AH-APM) tiene propiedades estructurales y mecánicas, mientras que el de bajo peso molecular (AH-BPM) estimula la migración y proliferación de las células endoteliales.
Como podemos ver en la tabla de abajo, la actividad bioestimulante reside en el AH-BPM. En los estudios se observa que la actividad celular del AH, que está mediada por el receptor CD44 de los fibroblastos, aumenta al crecer el tamaño molecular, llegando a su máxima actividad en torno a los 200 kDa. A partir de ese peso molecular, decae la actividad biológica y comienza la actividad protectora, basada en su capacidad de capturar grupos hidroxílicos liberados por la acción de las especies reactivas del oxígeno (ROS), que son altamente tóxicas para los tejidos. Cuando las moléculas de AH superan los 1000 kDa de peso (considerándose alto peso molecular), comienza a predominar la actividad mecánica debido a la alta higroscopicidad del AH. Las moléculas de AH-APM pueden captar hasta 1000 veces su peso en agua.
200 kDa es la cifra mágica en la bioestimulación – Verdadero
Los estudios biofísicos han encontrado que la estructura espacial del AH varía con el peso molecular. Así, el AH de alto peso molecular se dispone como una espiral aleatoria, mientras que los de muy bajo peso molecular adoptan la forma de varillas. La transición de una estructura espacial lineal a otra espiral es muy importante porque es en ese punto intermedio cuando el AH interacciona y activa los receptores CD44. Weigel y Baggenstoss determinaron que esa transición y mayor actividad en los receptores CD44 sucedía en el rango de los 150-250 kDa.
En el estudio realizado por Wohlrab et al. (2013) se encontró que la fracción de AH de 200 kDa estimulaba varias veces más los fibroblastos y queratinocitos que las fracciones de mayores pesos moleculares (>1000 kDa), siendo la diferencia estadísticamente significativa.
Bibliografía
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Weigel PH, Baggenstoss BA. What is special about 200 kDa hyaluronan that activates hyaluronan receptor signaling? Glycobiology. 2017 Sep 1;27(9):868-877. doi: 10.1093/glycob/cwx039
Dr. Jesús Chicón García
Medico estético
Director médico de las Clínicas Chez Jolie y Jeisamed (Madrid). El Dr. cuenta con 22 años de experiencia en la medicina estética y en medicina general y 15 años de experiencia en formaciones clínicas para inyección de rellenos de ácido hialurónico.
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