Frontoplastia, la cirugía estética más buscada

El número de personas que buscan el término frontoplastia en todo el mundo se ha incrementado en un 180 % en los últimos cinco años. En Estados Unidos es la cirugía que más interés está suscitando, creciendo sin parar en las tendencias de búsqueda. Hablamos con el doctor Eloy Condiño, uno de los pocos cirujanos plásticos que practican esta intervención.

La frontoplastia es una intervención que consiste en reducir la frente con el objetivo de lograr una mayor armonía en el conjunto facial. No hay que confundir esta intervención, la frontoplastia de reducción, con el lifting frontal o incluso el lifting del tercio superior de la cara, que sencillamente buscan el levantamiento de las cejas. “Este uso indistinto del término no es correcto”, indica el doctor Eloy Condiño, cirujano plástico en Sensabell Plastic Surgery.

La frontoplastia es aquella que trata de solucionar el problema clásico de la frente ancha avanzando el cuero cabelludo hacia adelante para disminuir la distancia entre ambas cejas y la línea de implantación del pelo. No obstante, puesto que se trata de una cirugía que está popularizándose ahora, no existe mucha literatura científica publicada.

Una operación en expansión

En los últimos años, las preguntas relacionadas con esta intervención se han multiplicado en los motores de búsqueda. Los interesados quieren saber en qué consiste esta cirugía estética, de la que antes apenas se escuchaba hablar. O, mejor dicho, deberíamos decir las interesadas, pues se trata, explica el doctor Condiño, de una cirugía en un 99 % de los casos femenina; que se realiza en mujeres con una adecuada densidad capilar a las que una frente grande les provoca complejo y disconformidad.

Frontoplastia

¿A qué nos referimos con una frente grande? Los cánones estéticos la definen como el espacio comprendido entre las cejas y la raíz del pelo que supera los seis centímetros. Este tamaño genera una alteración de la armonía facial y, en consecuencia, una disconformidad de la paciente con su aspecto. Además, añade el doctor, en muchas ocasiones sucede que la línea de implantación del pelo está angulada o es rectangular, lo que hace que le dé un aspecto masculino a la cara y a la frente.

En auge gracias a las redes

El por qué hasta ahora esta intervención no estaba muy extendida ni era especialmente conocida se debe, interpreta el Dr. Condiño, a que, sencillamente, quienes tenían este problema no querían hablar de ello. “Siempre ha sido un tema tabú, porque los pacientes, antes de hablar de ello, trataban de esconder este defecto, con el tipo de peinado, el flequillo, sin mojarse el pelo en la piscina o en la playa…”.

Al tener la frente tanto protagonismo en la cara, se trata de una característica física que puede acarrear mucha inseguridad y malestar a los pacientes, que incluso suelen referir en consulta haber sufrido acoso en la infancia debido a su aspecto físico. “Te encuentras con muchas personas que te dicen: “No sabía que esto se podía operar”, indica el cirujano.

Al ser un tema tabú para aquellos que sufren el problema de una frente ancha, esta intervención no es muy conocida. Muchos pacientes no saben que existe; sin embargo, es una cirugía sencilla que se realiza en una hora u hora y media

Por el mismo motivo no hay, opina, muchos profesionales que realicen esta intervención, a pesar de que no se trata de una operación compleja. “Al no estar tan demandada, no hay tantos cirujanos que se hayan formado en esta técnica, digamos que no era un nicho de interés”, opina. Hoy, sin embargo, empieza a publicitarse y a darse a conocer gracias a las redes sociales de los profesionales que la practican; y, con ello, a normalizarse.

Frontoplastia: así es la intervención

Es aquí donde interviene el bisturí, en una operación que se realiza en una hora u hora y media y que, aunque se realiza bajo anestesia general, no requiere ingreso hospitalario.

Tampoco se requiere una preparación especial o tratamiento preoperatorio del paciente, más allá de las pruebas habituales (analítica que incluya hemograma bioquimíca y hemostasia, electrocardiograma y radiografía de tórax siempre que esté indicado; normalmente, en mayores de 45 años).

Sí que puede indicarse un tratamiento en el caso de que la paciente, además del problema de la frente ancha, tenga poca densidad capilar debido a una alopecia androgenética, aunque es poco frecuente que concurran los dos factores. En ese caso, “se iniciaría tratamiento –de duración de un año, por lo menos– con fármacos inhibidores de la 5-α-reductasa (dutasteride o finasteride infiltrado en mesoterapia) y otros como vitaminas o PRP”.

Esta intervención consiste en realizar una corrección de 1,5 a 3 cm en la frente, mediante el avance de la línea capilar. El cirujano realizará una incisión, llamada incisión tricofítica, en un punto inmediatamente posterior a la primera línea del pelo.

“Abordamos todo el cuero cabelludo y vemos cuánto avanza hacia delante, hacia las cejas. En función de esto, hacemos una resección mayor o menor (puede avanzar entre 1 y 3 cm). Una vez comprobado cuánto puede avanzar, abordamos la piel a nivel de la frente. Esa incisión se hace en la primera arruga que se genera al levantar la ceja (siempre pintamos antes de que la paciente esté sedada). Nunca se secciona el músculo, por lo que la movilidad de las cejas y el músculo se mantiene”.

En resumen, dice el experto, se corta el exceso de piel y se sutura a la nueva zona de corte. En realidad, reconoce, se trata de una cirugía que no presenta graves complicaciones.

frontoplastia
Frontoplastia. Imágenes cedidas por Clínica Sensabell

Muy buena recuperación

El posoperatorio inmediato de esta intervención, según el cirujano de Sensabell, es muy bueno y la paciente suele llevarlo bastante bien. “Se controla con analgesia de primer escalón, con paracetamol, nolotil o AINE”. Además, durante tres días, la paciente tendrá que llevar un vendaje por la barbilla que se colocará en quirófano antes de que despierte, y no podrá realizar actividad física intensa durante una semana. “Los primeros días podrá tener cefalea, pero nada más. La recuperación es equiparable a una intervención de párpados y la mayoría de pacientes lo pasa sin dolor ni síntomas”, añade el Dr. Condiño.

En cuanto al tratamiento domiciliario, se indicará una crema cicatrizante y protección solar. En 10-15 días se retirarán las suturas y entre 1-3 meses después, según el caso, podrá volver a realizarse ejercicio físico intenso. Tampoco está recomendado realizarse tratamientos capilares con queratina, tintes, recogidos o similares durante los tres meses posteriores a la intervención.

Posibles complicaciones

A pesar de lo que pudiera parecer por ser un procedimiento que se realiza en un lugar tan visible, la cicatriz resulta, al cabo de unos meses, imperceptible, puesto que la incisión se realiza a través del pelo y este vuelve a crecer, quedando la marca bien camuflada.

No obstante, aunque es poco frecuente, la posibilidad de que la cicatriz sea menos estética existe, siendo una de las posibles complicaciones inherentes a la cirugía. “Puede darse también una mala cicatrización, pero es raro; podríamos decir que en el 99 % de los casos es muy buena. Al ser la cara una zona muy vascularizada se produce una cicatrización muy buena y rápida; siendo la cicatriz inapreciable a los 3-6 meses”, comenta Condiño.

Por otro lado, pueden darse otras complicaciones que, en cualquier caso, serían temporales, como una caída inicial del cabello. También se puede dar temporalmente hipoestesia a nivel del cuero cabelludo, “por eso siempre recomendamos que, durante los tres primeros meses, no usen secador de pelo con aire caliente, pues pueden darse quemaduras inadvertidas por esa disminución de la sensibilidad”. Se trata de un problema que suele revertirse a partir del tercer mes.

Es muy importante advertir, sin embargo, de que la frontoplastia está absolutamente desaconsejada en fumadoras. El motivo: existe un alto riesgo de alopecia, debido a que el tabaco afecta a la microvasculatura, y esto, a su vez, podría afectar a la calidad de la cicatriz y a la adecuada perfusión del pelo. Tampoco sería recomendable realizarla en pacientes con poco vello o con el cuero cabelludo muy rígido o poco móvil; es decir, el cirujano deberá valorar en una primera consulta si este puede avanzar lo suficiente y merece la pena someter a la paciente a la intervención.